Uno de los enemigos que más han estado ascendiendo en el top de popularidad, también juega un rol muy importante en el lore de Resident Evil.
Después de un largo periodo de descanso, nuestro Road to the Village viene con un nuevo fragmento de información. Recuerden que esta sección temporal en Missing Number pretende ponerles al corriente para que entiendan los básicos necesarios que conectarán con Resident Evil Village, el nuevo título de la serie para 2021.
Bien, en este tiempo les hemos contado mucho acerca de los proyectos de Umbrella, además de la participación de ciertos personajes en ellos; pero sin duda varias de las dudas y confusiones frecuentes giran en torno a determinadas criaturas que si bien son muy populares en el radar general, tienen una relevancia desconocida a la hora de conectar eventos de la historia.
Hoy hablaremos de una de ellas: el T-103, un tipo avanzado de Tyrant a quien se le conoce mayormente (y de forma incorrecta) como Mr. X. Así que sin más preámbulo, vayamos a ello.
Nota: Si se han perdido de los capítulos anteriores, es importante que vayan corriendo a leerlos antes de volver conmigo y descubrir más. No se preocupen, pueden acceder a todos a través de este enlace.
The ultimate lifeform, Tyrant
Para los ojos del público en general, el concepto de Tyrant se reduce a aquella criatura con forma humanoide y uno o ambos brazos armados con grandes garras con textura y solidez de marfil. La concepción es comprensible detrás de la popularidad del jefe final en Resident Evil y de las pocas explicaciones sobre el origen de varias de las criaturas; pero la realidad es que la franquicia está repleta de tipos distintos de Tyrant, entre ellos el modelo T-103.
Aunque esta creencia no es del todo incorrecta porque el desarrollo del T-103 tomó como base lo descubierto y aventajado en las investigaciones del T-002 (el Tyrant que todos enfrentamos en Resident Evil 1) para convertirse en el primer modelo producido en masa desde las entrañas de Umbrella.
Como podrán recordar de los juegos y capítulos anteriores de este Road, el objetivo detrás de cada cosa que Umbrella hacía era conseguir la manera de mejorar la raza y desarrollar seres con gran fuerza e inteligencia que cumplieran con objetivos muy específicos. El T-103 fue considerado un éxito bajo estos propósitos, porque su comportamiento superaba por mucho a lo antes logrado, siendo B.O.W.s (o armas bio-orgánicas) que podían seguir órdenes “de forma civilizada”.
Hablando un poco en cuestiones históricas, Umbrella comenzó el desarrollo y la operación del T-103 en mayo de 1998 tras analizar el éxito potencial que se había obtenido con el T-002; como podrán recordar, más o menos por esas fechas comenzó a aproximarse el primer incidente en el Laboratorio de Arklay, lo que provocó que el equipo de William Birkin transportara un embrión para continuar con la investigación en el Laboratorio Subterráneo de Raccoon City (esto en la versión original de Resident Evil 2; ahora podríamos considerar que la variante en el mundo de los remakes es el NEST 2).
No fue hasta tiempo después que el T-103 comenzó a producirse en masa en la isla europea de Sheena (muchos la recordarán por ser el escenario principal de Resident Evil Survivor, no es la mejor referencia pero sí la más útil), lo que dio pie a que el modelo fuera mejorado y comenzara a existir un surtido rico de variantes.
Pero ahora vamos a centrarnos en un tópico tan confuso que parece ciencia espacial para algunos:
El T-103 en acción
Si yo pregunto a mis amigos cuántas veces es que hemos visto a un Tyrant de este modelo, la respuesta común es que respondan que ha sido solamente una vez, pero la realidad es que han sido varias. En este texto nos centraremos únicamente en el periodo aislado de los incidentes en Arklay y Raccoon City.
Vamos a comenzar con el incidente de las montañas Arklay. Muchos recordarán este popular evento gracias a los sucesos de Resident Evil 0 y Resident Evil 1, pero simultáneamente ocurrían otras cosas que se volvieron visibles tras el lanzamiento de The Umbrella Chronicles de Wii (en 2007), especialmente la introducción del Coronel Sergei Vladimir, quien contaba con dos guardaespaldas mejorados del T-103 que se conocían como Ivan.
Para no dejar de lado la breve explicación de quién demonios es Sergei Vladimir, digamos que era un leal seguidor de Oswell E. Spencer. Una mano derecha indudable que fue reclutada junto a Nicholai Ginovaef (o Zinoviev para los formales) después del colapso soviético. Vladimir tuvo su debut y despedida en The Umbrella Chronicles para dar un poco más de contexto a ciertos cabos sueltos de los primeros capítulos de la serie, y de paso nutrió la historia de origen de la U.B.C.S., estando a cargo de la verdadera misión detrás de su intervención en Raccoon City.
Volviendo a The Umbrella Chronicles, a través de las misiones complementarias que son protagonizadas por Albert Wesker podemos enfrentar a cada Ivan; mientras desenvolvemos respuestas sobre la enemistad entre Vladimir y Wesker, y vemos cómo al final éste último no consiguió ser tan astuto engañando a cada miembro de Umbrella. Vladimir conocía muy bien sus planes de traicionar a la compañía para conseguir sus propios fines.
La única diferencia notable entre los Ivan y un T-103 “normal” son ciertas modificaciones que les permiten ser un poco menos agresivos y por ende más dóciles frente a situaciones humanas. Consiguen seguir órdenes de mejor manera y están equipados con aditamentos más tecnológicos, aún así, sus vulnerabilidades son exactamente las mismas que las de un T-103 regular.
Y es ahora cuando hablamos de la súper estrella que todos conocen: el T-103 que llegó a atormentarnos en Resident Evil 2 y que hasta ahora es el ejemplar más popular de la serie. De él es que versan las confusiones, porque para el momento en el que debutó en la franquicia fue el primero que conocimos y la historia no estaba escrita a tal grado de entender su importancia.
Pero para no complicar las cosas vamos a la explicación sintética: este es el Tyrant que todos conocen como Mr. X, pseudónimo que surge de las novelas de S. D. Perry y que en realidad, al igual que dichas literaturas, nunca fue algo verdaderamente canónico o que siquiera se mencionara en los juegos.
La única razón por la que trascendió es porque el pseudónimo se volvió mediático y para la comunidad era una forma simple de ubicarle, pero es incorrecto; inclusive es bien sabido que algunos directivos de Capcom así como equipos de RR. PP. y marketing incluyen en sus peticiones que ningún periodista se refiera al Tyrant como Mr. X en reseñas e impresiones sobre lanzamientos formales, esto con el fin de erradicar el término.
Este Tyrant forma parte de un tiraje de seis en total, todos liberados en Raccoon City el 29 de septiembre (día que Claire y Leon llegaron, para que empiecen a hacer la relación). Cada uno fue enviado a la ciudad con un encargo distinto; el que todos conocemos y amamos, denominado T-00, tenía la ardua misión de terminar lo que Umbrella y su U. S. S. iniciaron: asegurar la integridad de una muestra del G-Virus que el ahora difunto William Birkin habría dejado por ahí. Su investigación era tan valiosa que no podía explotar con la ciudad.
Adicionalmente, el T-00 debía eliminar a cualquier testigo que se interpusiera en su misión y que pudiera comprometer cualquier información que Umbrella querría encubrir normalmente. Algo complejo, vamos. Todo aquél que haya jugado cualquiera de las interpretaciones de Resident Evil 2 (ya sea 1998, 2019 o The Darkside Chronicles) sabrá que al final su destino fue letal y que, por supuesto, falló en su misión con creces.
Pero cualquiera de estos escenarios nos dio una idea en carne y hueso de que este ejemplar es altamente inestable y requiere de equipo para poder controlarla un poco, eso explica su gabardina y botas especiales, que, al ser destruidas por las explosiones, el fuego o haber caído en una piscina de hierro fundido (depende de qué versión de RE2 decidan escoger) son el escenario de una mutación que lo convierte en un Super Tyrant, y es entonces cuando brotan esas garras que tanto conocemos, mayores habilidades y más rapidez.
El T-00, particularmente, fue eliminado en su totalidad gracias al impacto con el cohete que en 2019 fue detonado por Leon S. Kennedy con la ayuda de Ada Wong; en el caso de Claire Redfield (como pueden mirar en el video anterior, en una de las escenas más emocionantes de la nueva era), el final de la persecución del T-00 se ve cuando el ejemplar persigue sin piedad a la pequeña Sherry y entonces la última pieza de humanidad en William Birkin (su padre) la protege antes de convertirse por completo en G, su nueva forma y conciencia.
La base de cosas importantes, dentro y fuera de la historia de RE
A través de varios textos que he escrito antes sobre el mundo de Resident Evil he profundizado acerca de la importancia que el T-00 tiene, tanto como pilar de algunas cosas importantes del canon, como en términos de diseño para resolver de forma refrescante la experiencia de nosotros los jugadores con el segundo título de la serie en 1998.
Lo curioso es que desde mi interpretación de las cosas, la evolución de esta criatura en particular se refleja de una manera muy paralela en ambos casos. Hablando de la historia, el T-00 representa a la forma más inteligente de la serie Tyrant (hasta ese momento) y se convierte en un perseguidor de nuestros protagonistas, pero además de eso, la trascendencia del T-103 va más allá de Resident Evil 2, pues en realidad nuestro querido Nemesis es (en escencia) uno de ellos, pero la explicación de ese tema es para otro día.
La parte que verdaderamente me interesa de su existencia, es lo que representa en términos de diseño y desarrollo. Este Tyrant para mí es el reflejo interesante de la creatividad que hubo para resolver el problema de disponer de pocas locaciones en un mismo juego que obligaría al usuario a repetirlas y resolverlas dos veces por completo. ¿Cómo evitar que eso en conjunto con el backtracking indudable volvieran la experiencia en algo aburrido y poco desafiante?
Si recuerdan bien, en 1998 la aparición de T-00 es presentada hasta el segundo escenario de cada personaje, esto se traduce a que para poder llegar hasta su punto, hay que terminar el juego una vez e iniciar la segunda vuelta con el segundo personaje, algo que de inicio parece una tarea abrumadora. Pero no lo es, porque esta criatura cambia las reglas delimitando una dinámica nueva y desconocida para el jugador: un mini jefe impredecible y aparentemente invencible que es mejor evitar a la medida posible para ahorrar munición.
Inconscientemente estuvimos presentándonos ante nuevos retos y cambios de estrategias, además de una paranoia naciente que no era común hacia ese momento en la franquicia. Si bien ya habíamos aprendido cosas sobre el aislamiento y ya estábamos empezando a aclimatarnos a la dinámica de cuidarnos en cada esquina ciega de la cámara fija, era momento de cambiar un poco el sabor del miedo con algo más, y esa es la función de este Tyrant en el mundo real.
Fue llamativo y funcionó, funcionó demasiado a mi parecer, porque debido a la atención que se le prestaba a este enemigo tan recurrente sumando aún la épica e inolvidable batalla final (que es mi momento favorito del Resident Evil 2 original, de hecho) de pronto se nos olvidaba que en términos generales, era William Birkin el enemigo que tenía brillar por su poder e importancia, cosa que no ocurrió en su momento. (♫)
Si me preguntan cuál es el momento más épico de todo Resident Evil.
Son sólo estos 10 segundos.
Hasta se me sale mi happy tear. pic.twitter.com/xGfeo5vzij— Pam Calixto ✨ (@Pamelaine_) September 11, 2019
Me parece que antes del remake del año pasado, mucha gente pasó por alto la importancia del G-Virus y la gran participación de Birkin en todos los desastres que Umbrella provocó, a pesar de la grandeza del título en el que debutó.
Triste para ambos que un año después llegara Nemesis para opacar a todos, no solamente representándose como el rey de los perseguidores y magnificar todavía más la evolución de estas dinámicas para refrescar la fórmula y enganchar al jugador, sino también como todo un icono de museos de la cultura popular dentro y fuera de la industria de videojuegos.
La reinvención de la evolución
La cosa se tornó interesante para todos ellos en la era de los nuevos remakes que tuvimos en 2019 y 2020, a grandes rasgos hubo muchas cosas que fueron afectadas por ellos pero si los tradujéramos como una sola pieza en lugar de dos, son la fusión de todos los pedazos de lore que Capcom fue sacándose de la manga a través de dos décadas de construirlo poco a poco.
Hay que entender que en 1998 y 1999 cuando Resident Evil 2 y 3 llegaron originalmente, no se tenían muchos planes a largo plazo y no había que pensar mucho en contextos que ni siquiera eran necesarios en ese momento, me da la impresión de que lo que era verdaderamente importante era seguir innovando en cuestiones de gameplay.
Así como el T-00 fue la evolución del T-002 y al mismo tiempo Nemesis fue el final de esa evolución representando el aprendizaje de Umbrella en la trilogía original, considero que estos tres enemigos también representan el aprendizaje del equipo de desarrollo.
Uno responde a la necesidad de hacerle frente a un gran enemigo en una arena aislada y limitada; el segundo nos enfrenta primero al aislamiento y nos presenta el estrés de la persecución; y el tercero explora por completo la otra cara de la moneda al explotar el concepto de persecución en un entorno abierto pero amenazándote con el azar de sus apariciones. En pocas palabras, cada iteración abonaba lo aprendido e introducía cosas nuevas.
Se podría decir que para la era de los remakes las cosas se tornaron semejantes pero esta vez apelando nuevas necesidades y atendiendo estas dos décadas de retazos de historia que existían regadas en diversos medios. Para mí estas reediciones no implicaron solamente una “lavada de cara” para los clásicos, sino que fueron una magnífica oportunidad para unificarlo todo y representar a cada enemigo en el lugar que le corresponde en la jerarquía.
Por ende, esta vez la versión nueva del T-00 se convirtió en un verdadero acosador que aunque se puede frenar con el uso de algo de munición, ya no es durante mucho tiempo, obligando al jugador a pensar y moverse rápido de forma continua. Su aparición esta vez es muy temprano en el juego y puede vérsele en ambos escenarios, porque la necesidad de su presencia esta vez es complicarnos un poco las cosas mientras, en realidad, nos delimita un poco el camino para aminorar la sensación del backtracking a largo plazo; Jack Baker había sido el ensayo previo de esto en Resident Evil 7.
Y a pesar de todo esto, hay una sensación constante de lo desechable que este enemigo es para Umbrella y el nivel de su infección también se refleja de una manera, esta vez sí, considerablemente inferior a la de William Birkin que finalmente fue pensado como el rey de la cadena alimenticia tanto en términos de diseño, aparición e historia.
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A pesar de que hoy profundicé en el T-103 para eliminar algunas confusiones alrededor de él, esto no es todo lo que hay para contar sobre él. En nuestro próximo artículo exploraremos otra faceta de lo que se puede hacer con estos Tyrants, pero también hablaremos de las rivalidades e ideologías de las divisiones de Umbrella con respecto a las investigaciones de armas bio-orgánicas, así que estén al pendiente.
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