Reseña | Cyberpunk 2077: Un futuro más que imperfecto

Una ambiciosa obra con grandes momentos, pero que se ve empañada por errores y malas decisiones.

Desde sus orígenes en la década de los setenta, el género ciberpunk ha planteado innumerables distopías repletas de decadencia urbana, un dominio absoluto por parte de las corporaciones y un frenético desarrollo tecnológico que pone en duda la naturaleza humana. Tras terminar el desarrollo del último DLC de The Witcher III: Wild Hunt, CD Projekt RED tuvo la intención de llevar parte de dichos planteamientos a un RPG con un presupuesto AAA.

A estas alturas ya se conoce que después de la enorme expectativa alrededor de dicho proyecto, el estudio polaco aún se ve envuelto en críticas, reclamos y secuelas producto del atropellado lanzamiento de su más reciente título.

Sin embargo, una pregunta en particular aún sigue rondando en las mentes de millones de jugadores: ¿Qué tan cerca o lejos se encuentra el ambicioso juego de rol de ser una experiencia realmente disfrutable? La respuesta escrita por parte de un servidor, la encontrarás en esta reseña de Cyberpunk 2077.

El mérito de la simpleza

Independientemente del medio que se trate, para cualquier autor siempre será una tarea difícil aterrizar complejos conceptos a una narrativa que pueda ser entendible por diversos grupos humanos. Tal labor se vuelve aún más complicada cuando se habla del ciberpunk cuyas teorías, definiciones y universos han sido abordados por filósofos, inventores, escritores, cineastas o creadores de videojuegos en múltiples obras.

Dentro de las nociones clave del género fatalista destaca la codependencia entre los seres orgánicos y las mejoras tecnológicas usadas con fines diversos, mismos que van desde lo mundano hasta lo trascendente.

Y aunque haya intelectuales que argumenten que la simplificación le resta brillo a “ideas elevadas”, las historias más entrañables y memorables son aquellas que saben desmenuzar complicados planteamientos en anécdotas con las cuales podamos identificarnos de una manera u otra. Así como en su momento lo consiguieron la cinta Blade Runner y Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, considero que Cyberpunk 2077 es un buen exponente (a secas), al menos en su elemento narrativo.

En un mundo donde las vidas humanas y la tecnología son igual de desechables, está más que claro que los desarrolladores del título de rol presentaron al espectador tres preguntas básicas: ¿Qué significa verdaderamente “vivir para siempre y/o ser recordado eternamente”? ¿Cuáles acciones estás dispuesto a hacer para lograrlo? Y ¿realmente es un sueño por el que vale la pena morir o matar?

Un relato de sueños e inmortalidad

Más que responder directamente a las inquietudes anteriores, varias de las misiones principales y secundarias del juego son un constante cuestionamiento hacia lo que consideramos importante en la vida, así como lo importantes o insignificantes que podemos ser para otras personas.

Puede que su argumento no sea para nada original o que no todas las tramas tengan en el mismo peso, pero las distintas historias del juego lograron engancharme por más de 60 horas. Y si a eso le agregamos las opciones para volver a disfrutar la experiencia más de una vez, los videojugadores estarán más que satisfechos dentro de este apartado.

Otro de los motivos por los cuales conseguí conectarme con los acontecimientos de la entrega, fue por la mayoría de sus encantadores personajes.

Soñadores de carne, hueso y metal

Antes de ponerme a escribir esta reseña, reflexioné acerca de cuáles momentos fueron los que realmente me hicieron disfrutar de Cyberpunk 2077. Si bien los instantes de acción me entretuvieron por horas, o las múltiples formas para resolver una misión pusieron una sonrisa en mi rostro, no cabe duda que para mí las verdaderas estrellas son los NPC principales y secundarios.

Desde Jackie Welles (quien es el perfecto anfitrión para introducirnos a este a caótico mundo), hasta Rogue Amendiares (cuya historia esta fuertemente enlazada con Johnny Silverhand) la mayoría de personajes dejan una profunda impresión tanto en V como en el propio jugador.

Y dependiendo de tus acciones, el destino de gran parte de ellos será afortunado, acabará en tragedia o en algún punto medio.

Un factor que realmente ayuda a conectar con sus historias no son sólo sus habilidades físicas, intelectuales, tecnológicas o sociales, si no que sus fallas o contradicciones morales los hacen suficientemente humanos para empatizar un poco con ellos. Puede que en Night City no haya lugar para los santos, pero en su lugar encontrarás aliados competentes y dignos rivales o enemigos. Sólo no descuides tu espalda y desconfía de las apariencias.

Dado que los personajes son mucho más de lo que aparentan, recomiendo ampliamente que no necesariamente sigas al pie de la letra los objetivos de las misiones. De esta manera hallarás sorpresas que harán que te involucres a profundidad con la metrópolis y con sus habitantes, al mismo tiempo que te motivarás a probar el RPG más de una vez.

Y ya que estamos hablando de la urbe futurista, ésta es sin duda una de las piezas clave en el ambicioso juego.

Night City, la ciudad de ilusiones, contrastes y mentiras

Como producto de las corporaciones dominantes y el avance tecnológico sin frenos, la megalópolis de Cyberpunk 2077 es un escenario de contrastes en más de un sentido. Por un lado está la opulencia y magnificencia de zonas como City Center y Westbrook, las cuales contrastan con el deterioro total de Pacífica o la tierra sin ley de la periferia (Badlands).

A pesar de que el título no está exento de NPC repetidos, todos los barrios poseen una identidad visual bastante marcada. Lo anterior se refuerza con la existencia de las pandillas y corporaciones, quienes serán tus empleadores o víctimas dependiendo de las circunstancias. Pero independientemente de dónde te encuentres o qué misión estés llevando a cabo, el simple hecho de vagar por la ciudad fue una experiencia personalmente grata.

Un consejo para viajar de un punto a otro y al mismo tiempo disfrutar el paisaje es hacerlo a pie o en motocicleta, ya que el manejo en vehículos en cuatro ruedas no es lo mejor. Si bien no es tan molesto como en juegos como Far Cry 5, tampoco es un elemento tan pulido como ocurre en Gran Theft Auto V.

Cuando todo funciona Cyberpunk 2077 es una muy buena odisea repleta de maravillas sensoriales, adictiva narrativa y personajes entrañables. Sin embargo, todo se vuelve una pesadilla cuando los problemas salen a flote y cortan de tajo la inmersión.

Los errores en la Matrix…

Para nadie es un secreto que la reciente entrega de CD Projekt se lanzó al mercado con varios problemas de rendimiento, buena parte encontrados en consolas de una generación que se encuentra terminando su ciclo de vida.

Y si estabas esperando que esta reseña en específico te dijera que todo está solucionado, lamento decirte que Cyberpunk 2077 aún carga con varios de estos lastres.

Si bien la versión 1,06 arregló en buena parte los crasheos en PlayStation 4, Xbox One y PC, todavía existen ciertos defectos en su apartado gráfico que interrumpen su disfrute.

Algunos bugs no causan más que risas o humor involuntarios, existen otros que arruinan parcialmente una escena dramática o instantes que de otra forma pudieron ser épicos. En un caso personal, recuerdo mucho la muerte de un personaje vital para la historia y cuya carga emotiva casi se pierde por esta clase de defectos.

Lo anterior no quiere decir que el producto en su totalidad sea injugable (como ocurrió con Anthem, Assassin’s Creed Unity o Mass Effect: Andromeda, pero no por ello se le tiene que perdonar todo a CD Projekt RED). Especialmente cuando al estudio se le conoce por su calidad o atención a los detalles.

… y otros daemonios

Ahora bien, existen usuarios que argumentan que Cyberpunk 2077 no debió lanzarse en plataformas de pasada generación. Y que no se pueden comparar las variaciones en las versiones de un third-party, con el desempeño entregas exclusivas como God of War o The Last Us; Part II en sistemas next-gen.

Pero tal argumento carece de bases si consideramos otros títulos AAA como DOOM: Eternal o el propio The Witcher III: Wild Hunt, mismos que pese a sus limitaciones visuales están disponibles en consolas previas o en plataformas híbridas como Nintendo Switch.

Existen mil y un motivos por las cuales este problema en cuestión tuvo lugar: una falta de control de calidad por parte de los ejecutivos del developer o los publishers, el hecho de ceder a la presión externa para lanzar un producto no terminado, así como un deseo por aprovechar a toda costa el dinero de la base de usuarios ya instalados en PlayStation 4 o Xbox One. A éstas últimas yo añadiría una poca atención a la optimización, factor que permite a otros third-party desenvolverse en múltiples plataformas, presentar el mínimo de incidentes en la pantalla y correr bajo una resolución casi uniforme.

Afortunadamente la exploración de Night City en cada uno de sus edificios y callejones no es una actividad que se limite únicamente a lo visual, pues la banda sonora y el doblaje del RPG son un deleite para los oídos. Pese a que a que ambos apartados no parchan las deficiencias del juego, tampoco podemos pasarlos por alto.

Dándole voz a los cyborgs

Si bien los personajes mudos tienen su propio mérito en los videojuegos, siempre se agradece cuando los actores de voz ayudan a dar vida a los protagonistas, antagonistas y otros participantes en nuestras entregas favoritas. Y para los equipos de desarrollo que pueden costearlo, una localización puede hacer que ciertas obras sean aún mejor recibidas en distintas partes del mundo.

Salvo en contadas excepciones que pudiesen sonar planas (como la dirección que se le dio a la interpretación de Johnny Silverhand), casi todos los artistas que participaron en Cyberpunk 2077 lograron que sus personajes lograran sonar convincentes. En el caso de los actores de habla anglosajona reconocerás las voces de Cherami Leigh y Gavin Dea (V), Romi Park (Rogue Amendiares), Robbie Daymond (River Ward), Erica Lindbeck (Misty Olszewski y Meredith Stout), Kari Wahlgren (Evelyn Parker), Alix Wilton Reagan (“Alt” Cunningham), étc.

Eso incluye a los profesionales del doblaje latinoamericano, mismos que podrás escuchar en tanto en la versión en inglés como en español.

Momento ¿quieres decir que sí hubo una adaptación del RPG a nuestra región? No precisamente, pero eso no es del todo negativo. De hecho los encargados de crear el juego de rol hicieron algo que nunca se había hecho: incorporar actores mexicanos para dar su voz a aliados y enemigos en la localización al castellano, como varios NPCs incidentales en su contraparte anglosajona.

Un doblaje que trasciende fronteras y regiones

Como bien explica la actriz Jéssica Ángeles (quien se encargó de coordinar a sus colegas mexicanos) en un video, este proceso tomó varios años en consolidarse. Si bien factores como los modismos llegaron a extrañar a los directores, se les brindó bastante libertad al momento de llevar a cabo su trabajo histriónico.

El resultado es bastante único ya que podrás escuchar a veteranos del medio como Lourdes Arruti (Panam Palmer), Gabriel Basurto (Jackie Welles), Rubén Moya (Padre), a la propia Ángeles (Judy Álvarez), así como voces adicionales por parte de Kerygma Flores, Abraham Vega, Leyla Rangel, Alicia Vélez, Humberto Vélez y un largo etcétera.

Pero eso no se limitó a los actores de doblaje de Latinoamérica, pues sin importar en qué idioma disfrutes Cyberpunk 2077 oirás a transeúntes hablar portugués, japonés, chino, patois —lengua criolla de Jamaica que mezcla el inglés con raíces africanas—, entre otros.

Aunque la extraña combinación de lenguajes suene extraña en un inicio, ello le da aún más naturalidad a Night City como una Torre de Babel futurista. Nada mejor para reflejar la segmentación racial en Estados Unidos, así como los diferentes alianzas y conflictos entre grupos étnicos.

¿Qué música escuchan las ovejas eléctricas en 2077?

Uno de los contados elementos que me dejó satisfecho al 100%, fue la banda sonora. Existen varias palabras con las que podría describirla: impactante, adictiva y profundamente emotiva.

Quizás sea bastante común el dicho de “demasiados cocineros arruinan el caldo, mas esto no fue para nada cierto para los compositores Marcin Przybyłowicz, P. T. Adamczyk y Paul Leonard-Morgan. Entre el trío de músicos lograron darle una identidad bien definida a Night City, a sus distintos grupos socioeconómicos y a los momentos más importantes de la trama.

Con ritmos que unen lo mejor del rave, rock industrial, intelligent dance y otros géneros, la urbe decadente se siente como si la música de los ochenta y noventa hubiese tenido otra evolución a la par de los acontecimientos del universo de Cyberpunk 2077. Tras cuatro guerras corporativas, un desastre ecológico aún más brutal que nuestro planeta u otras desgracias globales, no sorprende que las melodías tengan un sentimiento para abrazar el desenfreno, la banalidad, el caos y la entropía.

Al esfuerzo del trío de compositores, se le suma la integración y coordinación de todos solistas o grupos musicales invitados. El hecho de que varios de éstos tengan su propio avatar dentro de la metrópolis ficticia, habla que el estudio aún se preocupa por la contrucción de mundos.

Sin ese cuidado al soundtrack transitar por las calles a la luz de la luna o luchar por tu vida en medio de una balacera, no tendrían la misma satisfacción que me produjeron. Y hablando de encuentros violentos, es momento de abordar el sistema de lucha.

Batallas intensas y divertidas…

Al ser un videojuego ambientado en un oscuro futuro, era natural que en cada esquina y edificio de Night City haya más de un encuentro violento. Y para salir victoriosos en cada uno de ellos, V cuenta con un vasto arsenal de armas cuerpo a cuerpo, a distancia y poderes derivados de sus implantes o programas informáticos.

Pese a que los creadores de Cyberpunk 2077 afirmaron en más de una ocasión que su título era un RPG ante todo, la experiencia a la hora de los disparos en su mayoría satisfactoria.

En primer lugar, considero que el combate esta bien balanceado. Si bien el protagonista generalmente tendrá la ventaja en equipo o herramientas para hackear, los enemigos lo compensan al ser mayores en número y asechar al usuario desde donde menos se lo espera. El hecho de estar constantemente en movimiento y saber que los adversarios pueden acabar contigo con algunos disparos certeros, hizo que pocas veces los enfrentamientos se sintiesen aburridos ya que los mismos me motivaron a usar todas las herramientas a mi disposición.

También me gustaron los distintos tipos de armamento, cada uno con una función específica. Como muestra están las armas de potencia, con las cuales conecté disparos desde ángulos imposibles. Por otra parte, los fusiles tecnológicos me ayudaron en contra de enemigos con fuerte blindaje y aquellos con municiones inteligentes, contra amenazas con mucha vida pero poca armadura.

…aunque un tanto torpes

Mas el gameplay no está libre de defectos, siendo el más perjudicial de ellos lo poco responsivo de los controles. Dado que las animaciones no pueden cancelarse, el personaje principal tardará en ejecutar una acción para mantener su salud a flote o responder ante una situación adversa.

No fue rara la sensación de impotencia al querer sanarme o cambiar de arma (en lugar de recargar automáticamente), sólo para tener que esperar a la conclusión de una acción o comando establecido previamente. Dicho contratiempo me costó la partida en más de una ocasión, especialmente al querer contraatacar con un objeto de melee o simplemente correr a una zona más segura.

Ahora bien, al final de las batallas o tras explorar todo un área urbana siempre obtuve nuevas piezas en tu inventario. Si bien esto pudo sonar fabuloso en un comienzo, pronto me topé con otro de los desaciertos del juego.

Separando tesoros del loot basura

Podría parecer que administrar armas, ropa y otras piezas de un equipo, sea un error de diseño nuevo por parte de CD Projekt RED. Sin embargo para quienes disfrutaron de The Witcher 2: Assassins of Kings y su secuela, sabemos que es una muletilla que el estudio polaco lleva cargando por años aunque no por ello es menos mala.

Pese a que se agradece la variedad de recompensas al terminar un encuentro o misión, lo cierto es que casi en todas las ocasiones terminaba con objetos que ya no me servían o que no podía usarlos por alguna razón. Esta última situación lo entiendo pues es razonable que un jugador no sea un experto en todo, especialmente en la etapa temprana de la entrega de rol.

Es cierto que los items no deseados pueden descomponerse en partes, algo que es bastante útil en el sistema de creación. Mas ello no soluciona el problema del todo, pues tener que hacerlo constantemente se vuelve una tarea tediosa.

Una solución que pudieron haber implementado es que al momento de tomar cualquier ropaje o arma, hubiese un botón para desbaratarla ahí mismo si no se busca llevarla consigo. Después de todo los usuarios ya tienen una idea de sus preferencias o disponibilidad, mismas que se rigen mayoritariamente por las atributos de V y su árbol de habilidades.

Y ya que estamos hablando de las aptitudes del protagonista, no quisiera terminar esta reseña de Cyberpunk 2077 sin tocar dicho punto.

Un árbol de mejoras con claroscuros

Con respecto al sistema para adquirir habilidades y beneficios, tengo varios sentimientos encontrados. Por una parte el sistema del progreso de habilidad (barra blanca), me incentivó a probar distintas clases de armamento y darle una oportunidad a varios estilos de gameplay.

Lo anterior no significa que podrás cumplir todos los campos de aptitudes, pues las ventajas pasivas siempre estarán regidas por sus respectivos atributos. Mas eso no me resultó para nada negativo pues al probar un poco de todo, me ayudó a elegir cuáles maneras de jugar serían mis preferidas a lo largo de la partida de forma natural.

Mi problema vino en cómo está estructurado el árbol de habilidades en sí, repleto de mejoras que varían de lo útil a lo circunstancial e incluso a lo innecesario. Hubo numerosas veces en donde, para obtener una habilidad que realmente llamó mi atención (o que contribuyese a mi especialización), tuve que gastar múltiples puntos de ventaja en otras que no eran tan importantes sólo para “abrir el camino”, acceder a ella y desbloquearla.

El desacierto previo no es tan grave como otros en la entrega, pero al ser un RPG sí destacó con determinados momentos como avanzar en la línea de destrezas o subir de nivel.