Miremos al pasado y recordemos los juegos que nos enorgullece haber jugado este 2020.
Un nuevo año está apunto de terminar y con los últimos pasos de su marcha firme siempre resuenan en nuestras mentes aquellos títulos que, a su manera especial, dejaron una marca en nuestros corazones. Este año vimos como viejos conocidos volvieron al ruedo con propuestas distintas para recordarnos que el motor del cambio sigue andando en esta industria que tanto nos fascina.
Historias apasionantes, partidas multijugador llenas de adrenalina o sistemas de juego innovadores, cada ingrediente vertido en la receta de este año sigue impulsándonos a esperar con asombro y ansia el nuevo cambio que de vuelta a nuestra perspectiva y nos permita seguir encantados por los videojuegos.
El 2020 se nos va, pero es un buen momento para recordar aquellos videojuegos que nos dejó. Así que rindamos tributo al año que se nos escapa con nuestro recopilado de aquellos títulos que nos dejaron con las manos en el mando, teclado y ratón.
Animal Crossing: New Horizons | Rod
Marzo nos trajo un memorable juego de la franquicia Animal Crossing. Los fanáticos de las entregas previas exploraron la más reciente experiencia de Animal Crossing aclimatada por primera vez a Nintendo Switch. Por otro lado, algunos incautos e ignorantes —como yo—, pudimos aventurarnos por primera vez en un título extremadamente especial.
Al hablar de Animal Crossing: New Horizons es imposible mencionar la desventura que representó la emergencia sanitaria global del 2020, y no es en vano. A lo largo de todo el año se han ido modificando nuestras vidas de distintas formas. El trabajo remoto, la educación digital y la búsqueda de alternativas recreativas y productivas para enfrentar el encierro involuntario nos hicieron replantear nuestra cotidianidad. En esta coyuntura tan particular, Animal Crossing: New Horizons se incrustó con gentileza en nuestra rutina y nos dio un soplo de ternura, diversión sencilla, detalles coloridos y —por qué no— un poco de encuentro social en una isla veraniega que ha ido tomando forma a lo largo del 2020.
Es imposible saber qué tanto influyó la contingencia sanitaria con el triunfo del título. Lo único que puedo afirmar con certeza es que esa isla, sus habitantes y cada experiencia que me regalaron tiene un lugar en mi corazón. En fin…esas flores no se van a hibridar solas, así que hay un futuro brillante en el horizonte de la isla.
The Last of Us Part II | Pam
Lo he mencionado ya a través de varias plataformas de Missing Number: elegir solamente un título de la increíble librería que tuvo 2020 no es tarea sencilla, ya que tuvimos una selección variada y por sí misma particular sobre el resto. Pero si he de destacar uno solo, sin pensarlo dos veces The Last of Us Part II se lleva el galardón.
Expresé los motivos hace unos meses en mi reseña, pero ahora si buscamos romantizar –y sintetizar– un poco mis palabras, es un título que me sorprendió a medio camino con el replanteamiento de su fórmula a través de la dualidad y el punto de vista de dos protagonistas que no solamente viven su propia perspectiva de las cosas; sino que están en una búsqueda constante de una identidad propia y un propósito en un mundo que simple y sencillamente parece no otorgarlas muy fácil.
Para conseguir un resultado tan fructífero Naughty Dog fue osado; atreviéndose a jugar con la simpatía de su audiencia y a tomar decisiones importantes a la hora de determinar qué tan relevante era el fanservice a la hora de entregar un producto que cumpliera esos propósitos. Un riesgo que sin duda quedó marcado en lo mejor del año y es muy posible que también de la década.
DOOM: Eternal | Aldo
¿Será DOOM: Eternal, uno de los mejores FPS de todos los tiempos? Tal vez, mínimo es contendiente al título, pero de lo que no hay realmente duda es del nivel de calidad, la acción frenética y brutal, el excelso diseño de niveles y la gran satisfacción que uno tiene al jugar este juego. Atrás quedaron los días en los que había incertidumbre id Software, le han demostrado al mundo por qué ellos fueron los reyes del género en los noventa y que siguen siendo perfectamente capaces de innovar.
El juego es difícil, en especial en comparación con su predecesor, pero esto resulta en una mayor satisfacción al salir victorioso. Lo frenético que son las peleas, que aumentan en intensidad, en verdad te hace sentir como el Doomslayer que eres. Los enemigos te ven como una auténtica pesadilla, una verdadera amenaza al que te tienen un miedo irracional. DOOM: Eternal es un testamento, un tratado, una muestra que no necesitas la complejidad de un mundo abierto; la simplicidad siempre será la favorita de las masas.
Grité, me emocioné, me enojé, le dediqué largas horas y conseguí el 100% en mi primera vuelta, en un género que ni si quiera me gusta mucho. Me atrevería a decir que cualquiera puede jugarlo y disfrutarlo, su éxito no está relacionado a su marca o al estudio, sino al hecho que genuinamente es un excelente juego. Y si hasta un perro puede entender la emoción de estos juegos y disfrutarlos (y volverse en un meme en el proceso) entonces tu también puedes ir y jugar DOOM: Eternal.
Call of Duty: Warzone | Luis
Este juego lanzado en marzo de 2020 supo adaptar la esencia de Call of Duty al género del Battle Royale logrando un gran éxito, siendo de los títulos más jugados y con gran transmisión por parte de streamers.
De los puntos fuertes que más disfruté fue la diversidad de armas posibles a personalizar, conseguir dinero durante la partida para obtener ventajas como radares o ataques aéreos y saber cómo utilizar dichos equipos tácticos. En Warzone tienes la libertad de poder jugar táctica o agresivamente, dependiendo de tus habilidades.
Además, las diferentes temporadas traían frescura al juego con armas, personajes y aditamentos que renovaban la experiencia del gameplay y eventos como el de Halloween. Lograr ganar la partida sigue siendo un reto pues cada partida es diferente debido a un cierre aleatorio, localización de vehículos y tiendas de compra repartidas al azar en cada partida nueva, logrando desarrollar en los jugadores un instinto de improvisación para alcanzar la victoria.
Final Fantasy VII Remake | Fer
Es una fortuna que 2020 nos haya dado muchos juegos que nosotros disfrutamos al máximo, demasiados para incorporarlos todos en este Missing Picks. Sin embargo por mi parte, existe uno de ellos que no sólo llenó mis expectativas si no que me entregó mucho más de lo que esperaba: Final Fantasy VII Remake.
Decir que esperé casi década y media para ver este título en tiendas, es nada comparado con la dedicación y el esfuerzo llevado a cabo por los creativos en Square Enix. Gracias a su entendimiento de la esencia de los personajes y su dominio en el apartado gráfico, el JRPG se convirtió en un espectáculo que me trajo alegrías y tristezas por igual.
A diferencia de entregas como Kingdom Hearts III, en este proyecto sí se siente como un trabajo en equipo y no como una obra sujeta a los caprichos de Tetsuya Nomura. Y aunque ciertas alteraciones en la historia apuntan a un futuro un tanto incierto, agradezco que el estudio haya decidido tomar riesgos más grandes con una de sus IP más populares y aclamadas, algo que no siempre se ve hoy en día en la escena AAA.
Si gustas conocer el por qué Final Fantasy VII Remake es una evolución en su género, te invito a leer el artículo sobre su transformación en la octava generación de consolas, los nuevos elementos incorporados y los retos que Square Enix deberá enfrentar en los siguientes juegos.
Ghost of Tsushima | Alfredo
La primera mitad del año nos había dejado juegos de un gran nivel, adictivos. Teniendo esto en cuenta esperaba con muchas ganas la llegada del juego de Sucker Punch y que tenía a la cultura samurái como foco central. También este juego sería el cierre de los exclusivos de PlayStation en la pasada generación.
El estudio me había dejado muy satisfecho con InFamous Second Son, así que la esperanzas de un juego de gran calidad estaban altas. No defraudó en lo más mínimo. En el momento que inicié el juego quedé asombrado con una pelea espectacular contra mongoles en la playa de la Isla Tsushima. Empezar a manejar a Jin y llevarlo poco a poco a su verdadero potencial, aprendiendo técnicas de combate y sigilo, fue algo que me divirtió y entretuvo bastante.
El apartado visual es impresionante y su modo de foto es la cereza del pastel, pase un buen número de horas buscando el ángulo perfecto, la ambientación, el fondo, etc. Pero lo que me mantuvo pegado al juego fue su combate, la experiencia de ser un samurái es muy buena, ir caminando tranquilamente y de repente desafiar a 3 enemigos con un stand off, apretar el botón en el momento exacto y los consecuentes ataques para acabar con ellos, simplemente genial.
En definitiva Ghost of Tsushima mantuvo la gran calidad de los juegos lanzados en este 2020, es una gran opción si te gustan los juegos de mundo abierto, tienes misiones por todos lados, las puedes llevar acabo con sigilo o a sablazo puro, los gadgets que usa son maravillosos y hasta cierto punto te sientes todo un ninja. Además con sus últimas actualizaciones, mantendrá vivo el juego por un rato más.
Genshin Impact | Hugo
Recuerdo que hace algunos 10 o 15 años varias de las propuestas de proyectos asiáticos estaban limitados a la región. Uno como fan de ese estilo muy particular de desarrollo tenía que esperar a que algún fandom europeo o estadounidense realizara alguna adaptación, parche o publicara alguna guía de cómo poder descargar un launcher para después descargar el juego completo y pelearte con las opciones que no venían en un idioma entendible.
En ese aspecto Genshin Impact es todo lo que mi yo de la preparatoria hubiera amado, con un estilo gráfico muy destacable, escenarios bie detallados, un sistema de combate atractivo. Lo más asombroso de todo es que es un juego free to play que no es para nada agresivo con el jugador. Aunado a eso la disponibilidad del juego en plataformas como PlayStation 4, PC, una versión próxima de Nintendo Switch y hasta la posibilidad de jugar en iOS y Android lo hacen sumamente versátil para cualquier jugador amante del anime.
Resident Evil 3 | Daniel
Resident Evil es una de mis franquicias favoritas desde hace muchos años; no me considero experto ni nada de eso, pero sí son títulos que disfruto mucho. Mi entrada a este mundo fue de la mano de Leon S. Kennedy en Resident Evil 4 y desde entonces he jugado todo RE a mi alcance. Sin embargo, nunca tuve la oportunidad de entrarle a la trilogía original, la que apareció en el primer PlayStation.
El año pasado quedé maravillado con el remake de Resident Evil 2 (RE2R), por lo que no pude evitar emocionarme al enterarme de que una nueva versión de Resident Evil 3 (RE3R) venía en camino. Sería la primera vez que estaría frente a frente con el famoso Némesis, algo que de sólo pensarlo hacía que me empezaran a sudar las manos.
A pesar de que me esperaba algo más parecido a lo visto en RE2R en cuanto al diseño de niveles y duración, RE3R me dejó un agradable sabor de boca. Tal vez fue por el hecho de no haber jugado el título original y por lo tanto no estuve haciendo comparaciones en mi cabeza todo el tiempo. Sí, fue una aventura corta pero fue muy intensa; con momentos épicos que lucían gracias a sus secuencias cinematográficas.
Lo mejor de todo es su rejugabilidad; pues gracias a que es relativamente sencillo ir obteniendo los desbloqueables –entre ellos las armas con munición infinita–, RE3R se volvió una gran experiencia a la que estuve regresando para conseguir nuevas cosas y superar mis tiempos.
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