Con su ambicioso JRPG el estudio demostró que puede superar las expectativas, sin estar atado 100% a la nostalgia.
Después de años de incertidumbre, rumores, retrasos y otros contratiempos Square Enix lanzó al mercado Final Fantasy VII: Remake, una obra que pocos imaginaron que llegaría a completarse algún día. Muchos usuarios (incluido un servidor en sus primeras horas de tomar el control), aún no pueden creer que esta experiencia es real y quedándose estupefactos con sólo ver la pantalla de inicio.
Lo anterior es posible gracias a diversos miembros del estudio como Yoshinori Kitase, Testsuya Nomura, Kazushige Nojima, Naoki Hamaguchi, Teriki Endo y muchos otros, quienes tuvieron la titánica labor de darle una nueva vida al clásico de 1997. Sabiendo que con solamente calcar la entrega original con mejores gráficos en una nueva plataforma sería insuficiente, el staff apostó por implementar nuevos elementos a su narrativa, presentación y gameplay.
Dentro del ambiente actual de la industria apostar por el cambio es algo que pocos se atreven a llevar a cabo (por mínimas que sean las modificaciones), más cuando se trata de un juego amado por muchos y que representó un parteaguas para el género.
Sin embargo el resultado final logró mucho más allá del objetivo inicial, vendiendo más de 3.5 millones de unidades en sus primeros días y logrando una aceptación mayoritariamente positiva.
Tras terminar el título me di cuenta de que Final Fantasy VII Remake es más que un muy buen título, pues representa a culminación de décadas de aprendizaje de Square Enix en cuanto al tratamiento de sus JRPG. Y con el afán de compartirles un análisis personal, a continuación explicaré las lecciones que consideré como las más importantes. Espero lo disfruten, ya que este escrito está libre de spoilers.
Centrarse en un solo punto clave: Midgar
Una de las decisiones más cruciales en cuanto al desarrollo de esta ambiciosa experiencia, es cuántos arcos argumentales se iban a abarcar. De acuerdo con diversas entrevistas publicadas en revistas como Famitsu o Dengeki Online, el productor Yoshinori Kitase explicó los diversos motivos para centrarse en la metrópolis de Shinra.
Uno de los más importantes era que si el equipo iba a relatar y expandir todos los acontecimientos de Cloud y compañía, era necesario que la primera parte se centrara en la no tan futurista ciudad. De lo contrario se verían forzados a eliminar o minimizar varios segmentos de la odisea, lo cual afectaría negativamente el impacto que la narrativa y sus personajes representan para múltiples generaciones.
Considerando el costo financiero y la carga laboral que representan las entregas AAA hoy en día, puede que la decisión no sea la más deseada por todos pero sí la más responsable y realista. Y esta fue la primera de las lecciones para el developer: es mejor concentrarse en una sólida base argumental que apresurarla y dejar al usuario con migajas.
Un buen primer paso hacia algo más grande
Si bien lo anterior no suena tan importante en papel, no fue si no hasta que terminé el juego que entendí las palabras de Kitase. Este primer peldaño del proyecto para recrear el JRPG, simboliza la rebelión de un fuerte sentimiento antisistema (Avalanche) contra el status quo del poderío de las corporaciones (Shinra).
Después de todo Final Fantasy VII: Remake sigue siendo la distopía de Square Enix con tintes de cyberpunk, cuyo mensaje ambientalista es tan o más vigente que en 1997.
Y sólo entonces cuando las metas de dicho conflicto se resuelven en su mayoría, tanto los protagonistas como los jugadores serán libres para enfrentarse a una amenaza mucho mayor a lo que todos imaginan.
¿Por qué estoy haciendo un enfásis en los personajes? Porque gracias a todos los aquellos presentes en la recreación, ésta se siente tan entretenida e interesante como la primera vez que la disfrute en PlayStation original.
Los personajes como complementos de la historia
Como en el apartado anterior se enfatizó, este juego de rol maneja un conflicto de individuos con posturas contrarias en cuanto al manejo de los recursos del planeta. Sin embargo a lo largo del trayecto, los seres de ficción y los propios fans de la serie se dan cuenta de que tal lucha es más que “buenos” contra “malos”.
Lejos de diluir el mensaje del juego noventero, las múltiples capas de gris realzan lo complejo y maravilloso que es el universo de la serie. El propio staff mencionó en sus documentales que durante mucho tiempo, los personajes de Final Fantasy VII fueron relegados a simples estereotipos.
Y aunque dicha percepción fue el nacimiento de muchas graciosas parodias, también afectó negativamente la percepción del JRPG clásico en la era de las redes sociales.
Seres humanos en busca de un futuro mejor
Tras varios aciertos y errores en entregas principales y spinoffs, el estudio volvió a enamorarse de sus personajes con sus vicios y virtudes. Y en Final Fantasy VII: Remake realmente se siente el cariño de Square Enix por sus protagonistas o antagonistas, además de que podemos empatizar con sus metas y conflictos sin que necesariamente tengamos que justificar todos sus actos.
Por si fuera poco los desarrolladores confiaron en su equipo de localización, así como en talentosos actores de voz para brindarles tridimensionalidad a sus héroes y villanos. Con sutiles frases y entonaciones cualquiera puede percatarse de sus anhelos, miedos, frustraciones u objetivos como cualquier ser humano real.
Mas el doblaje del RPG no sería suficiente para realzar la belleza de Midgar y sus habitantes, de no ser por el asombroso empleo de luces, sombras y otros efectos en la pantalla.
La iluminación como instrumento estético
Seré honesto con ustedes, este apartado será un poco más breve ya que no soy un experto en técnicas de iluminación. Sin embargo me gustaría destacar un punto importante en este aspecto, mismo que consiste en cómo la compañía decidió en cargarse del apartado visual del título.
Después de los mixtos resultados obtenidos por Final Fantasy XV y su motor gráfico provisto por Luminous Studio, Square Enix decidió volver a explorar las posibilidades de Unreal Engine 4 (similar al caso de Kingdom Hearts III).
Pero para no desechar lo aprendido en su anterior entrega, el equipo creativo optó por organizar un departamento interno que se encargara exclusivamente de la iluminación. Un ejemplo de cómo impacto tal decisión en la obra final fueron los modelos de los personajes, siendo Barret en donde más se puede apreciar la mejoría.
Una apuesta que rindió frutos
Otro factor clave que contribuyó a que la recreación se vea tan impresionante, fue la decisión de la compañía por hacer un desarrollo interno en vez de dejarlo todo en manos de CyberConnect2. Lo anterior no significa que éste último sea una empresa mediocre, pero sin duda representa la estima y el apego que Square Enix tiene por uno de sus JRPG más memorables.
Tal elección no estuvo exenta de consecuencias, siendo las más importantes los retrasos que tuvo el juego a lo largo de su desarrollo. Pero nadie puede dudar que debido a la arriesgada opción tomada por el estudio, Midgar aparece en la pantalla como una urbe cargada de belleza y decadencia por igual.
Claro que el resultado previo quedaría incompleto para deleitar nuestros sentidos, de no ser por el maravilloso soundtrack que lo acompaña.
La música: el otro gran director narrativo
Si hay un elemento que ha sido aclamado casi universalmente en la reciente entrega de Square Enix, es la banda sonora de Final Fantasy VII: Remake. En mi opinión es uno de sus puntos más celebrados pues al escucharla, la música despierta una gran variedad de emociones al espectador: alegría, tristeza, miedo, tranquilidad y muchas otras.
Y aunque es inegable que en cada una de sus notas se sienta el talento del maestro Nobuo Uematsu, sería una falta de respeto no hablar de los otros compositores encargados del score. Cabe mencionar que ninguno de ellos son novatos en el medio, sabiendo guiar al usuario por toda Midgar en cada capítulo.
El primero de ellos es Mitsuto Suzuki, a quien los fanáticos de la serie recordarán por su trabajo en Final Fantasy XIII-2, Mobius Final Fantasy o Dissidia 012 Final Fantasy. Asimismo también es conocido por sus arreglos en The World Ends With You, beatmania IIDX, Heroes of Mana y Zone of the Enders.
Hamauzu: el otro gran arquitecto musical
Por otra parte tenemos a Masashi Hamauzu, artista cuyo amplia maestría en diversos instrumentos trae un ritmo fresco a las conocidas melodías del juego. Desde 1996 él le ha dado vida al apartado sonoro de títulos como Final Fantasy X, Final Fantasy XIII, Chocobo Mystery Dungeon, SaGa Frontier 2, The Legend of Legacy, World of Final Fantasy, Final Fantasy IV: The Complete Collection y un largo etcétera.
Más allá del factor emocional que conllevan todos las piezas musicales, el soundtrack es el mejor aliado de la narrativa. Con sólo escuchar algunos acordes pude saber cuál es el trasfondo, la personalidad, los deseos y hasta la energía que emana de cada personaje.
Créanme cuando les diga que la música que acompaña a todos ellos, tendrá un papel importante en sus propias historias y en el desarrollo de las futuras partes.
Es evidente que el estudio supo cómo honrar a sus trabajos pasados, pero sin que dicha nostalgia suponga un ancla que impida la introducción a interesantes propuestas. Dicha propuesta no sólo la noté en su música, si no también en su gameplay.
Un sistema de combate que une la acción y la estrategia
Hablar del sistema de lucha en la ambiciosa entrega, es describir un largo proceso de aciertos y errores. Particularmente estoy hablando de todas las influencias que tuvieron juegos como Final Fantasy XII, Crisis Core: Final Fantasy VII, Final Fantasy XIII y Final Fantasy XV.
Aunque habrá más de un fan que preferirá el combate únicamente por turnos del original, la fusión entre los ataques en tiempo real y la Active Time Bar (ATB) abre muchas posibilidades para las IP de la empresa.
En primer lugar esta el hecho de que cada acción ofensiva o defensiva, tienen un impacto en cómo fluyen las batallas. Ya no tenemos que esperar pasivamente a que las barras se lleven, pues todos los contrataques, magias y otras habilidades especiales brindan dinamismo a los encuentros.
Además están los movimientos exclusivos de los personajes, mismos que se activan con el botón de triángulo. Gracias a que éstos reflejan las características y arquetipos de los protagonistas, cada uno de ellos se siente realmente único cuando se dominan sus estilos de pelea.
No todo lo interactivo es una maravilla
Ciertamente el sistema no es perfecto ya que al momento de destruir a los enemigos aéreos, el combate se vuelve tedioso y con un ritmo irregular. De igual manera su estructura puede generar un efecto de bola de nieve molesto para los menos experimentados, especialmente cuando alguno de tus miembros es paralizado o cae inconsciente.
También es notable la limitada cantidad de espacios para las Materias, haciendo que muchas de ellas se desaprovechen. Esto se podría remediar en futuras entregas con la introducción de nuevas acciones especiales, las cuales podrían cambiar la configuración el equipo pagando cierta cantidad de ATB.
Con todo y sus defectos el gameplay de Final Fantasy VII Remake, es una prueba más que Square Enix siempre encuentra nuevas maneras de reinventar sus títulos aprendiendo del pasado y aprovechando la tecnología del presente. En consecuencia, sólo queda por especular lo que no traerá el mañana.
El mundo exterior: uno de grandes retos del futuro
Ahora que el equipo creativo ya desarrolló la historia en Midgar, es más que obvio que su siguiente paso será presentar parte del mundo fuera de sus murallas. Sin duda alguna será uno de sus desafíos más grandes el mostrar a los espectadores múltiples ecosistemas naturales y urbanos, sin que éstos se sientan vacíos.
A lo anterior se suma el hecho de que entre más complejo sean estos escenarios abiertos, más largos y costosos serán los tiempos de producción. Una probable solución sería implementar un overworld similar al de Dragon Quest XI, en donde los caminos semi-lineales no son un impedimento para presentar biomas repletos con fantásticas criaturas.
Otra de sus prioridades será establecer a los nuevos integrantes del grupo, así como establecer su relación con los miembros iniciales. Desde una preferencia personal me gustaría que hubiese un sistema parecido al de Persona 5, en donde las conexiones sociales brindan beneficios dentro y fuera del combate. Ello también complementaría la narrativa del viaje de los aventureros, quienes al enfrentarse a toda clase de adversidades se convierten en una familia.
Lo desconocido nunca se había sentido tan genial
Tampoco podemos dejar de lado todos los cabos que Square Enix dejó abierto al terminar Final Fantasy VII: Remake, los cuales engendraron teorías y preocupaciones por igual. Y aunque existe el riesgo que el estudio complique demasiado la historia como sucedió con Kingdom Hearts III, también es de aplaudir que el developer tome estos riesgos en la recreación de uno de sus títulos más queridos por la comunidad, en vez de conformarse con solamente repetir la historia.
Aunque podría parecer que esperar algo bueno de la compañía es una vana ilusión, lo cierto es que el estudio ya demostró que puede añadir elementos nunca vistos en el original o mejorar los existentes. Sólo basta con presenciar el tratamiento del Honey Bee Inn, la historia expandida de los personajes secundarios o las sutiles pistas que rodean a Sephiroth y Aerith.
El resultado final de este proyecto dependerá tanto de las capacidades de las nuevas plataformas de entretenimiento, así como de las decisiones de todos los involucrados. Después de todo una odisea cuyo desarrollo y desenlace no conoces, puede tener un impacto sorprendente en jugadores de diversas edades.
En esto último redica la magia de Final Fantasy: crear leyendas que trascienden el tiempo y el espacio.