Simple y sencillamente, son diferentes.
A lo largo de la historia de los videojuegos han existido muchos cambios. Pasaron de ser vistos como una simple forma de entretenimiento masivo, para convertirse en una que es capaz de entregar experiencias narrativas que llaman a la reflexión de los jugadores incluso hasta en el día a día y la sociedad que les rodea. Sin embargo, ello no ha significado que este medio ha perdido su esencia.
Como ya lo he dicho con anterioridad, hay un sector de videojugadores que experimentaron una época en la que la experiencia parecía más sencilla, el único objetivo de un juego era divertirse. Pero a lo largo de la evolución tecnológica y de las entregas mismas, los cambios de perspectiva no han sido digeridos de la mejor manera por muchos; lo que inevitablemente ha traído varias comparaciones con el pasado, que terminan con la clásica frase: “lo de mi época es mejor”.
Este punto es el que abre uno de los debates más longevos que ha tenido la comunidad de videojugadores a lo largo de los años: ¿Los videojuegos clásicos son mejores que los modernos? Bajo mi experiencia, muchos jugadores han utilizado parte de los defectos del presente para glorificar el pasado, mientras que la nueva generación ha hecho lo propio con el gaming de antaño.
Sin embargo me parece que, el tratar de averiguar qué parte de la discusión tiene la razón es, en ambos casos, arbitrario.
Un mismo medio, épocas distintas
Antes de entrar de lleno al tema, tengo que explicar parte de mi trayectoria como jugador. Esta comenzó cuando yo tenía 5 años, con un Super Nintendo, con el que pude probar grandes clásicos como Mega Man X, Super Mario World, Super Castlevania IV, Contra III: The Alien Wars, TNMT IV: Turtles in Time y más joyas que me han marcado como jugador y como persona.
Después del primer contacto con los videojuegos, mis padres me regalaron un increíble PlayStation, y viví grandes ratos con juegos del calibre de Crash Bandicoot, Castlevania: Symphony of the Night, WipeOut, y Twisted Metal.
Con el paso del tiempo, percibí que el medio sufrió un cambio substancial; títulos como la trilogía original de Resident Evil, Silent Hill, Metal Gear Solid y otros introducían experiencias muy influenciadas por el cine, y que trasportaban al jugador a mundos cuyo objetivo no era solo divertir, sino hacer reflexionar al usuario sobre los temas centrales de sus historias.
Con este contexto quiero dar a entender que, pese a mi corta trayectoria como videojugador, he experimentado tanto los juegos clásicos como los modernos, y si bien no me tocó vivir en varios de esos años, mi contacto con ambas caras de la moneda me ha llevado a hacerme a la idea de que ninguna época del medio es mejor que otra sólo basándome en mis preferencias subjetivas.
El velo de la nostalgia no siempre es bueno
Seamos sinceros, todos nosotros estamos apegados a una época concreta de nuestra vida. Aquellos tiempos en donde creamos un vínculo emocional con ciertas cosas que se volvieron parte de nuestra identidad. Los videojuegos no son la excepción a esta regla: muchos crecimos en diferentes etapas de su historia, y de vez en cuando son estos momentos los que parecen irrepetibles y determinantes.
Es inevitable señalar también que, conforme maduramos, nuestra perspectiva de las cosas va cambiando y nos adaptamos a nuestro entorno actual. Pero hay ciertos terrenos en los que somos incapaces de conseguirlo y es ahí en donde buscamos glorificar perpetuamente el pasado como algo hermoso, demeritando la experiencia de aquellos que no crecieron en esos tiempos o que no piense como nosotros.
Es esto mismo lo que pasa con este debate. De alguna u otra forma, siempre habrá un choque generacional entre los jugadores; aquellos que siempre tratarán de defender el pasado a capa y espada, y otros que no se sienten identificados con las experiencias de tiempo atrás, prefiriendo cosas más acordes a la actualidad.
¿Esto es necesariamente malo? No realmente. Cada uno es libre de sentirse cómodo con cualquier etapa, ya sea vieja o moderna. Pero es importante tener en cuenta que el mundo de los videojuegos es uno de esos en los que su historia está a flor de piel, y cualquier usuario puede conocer toda su trayectoria con facilidad gracias a la accesibilidad de hoy en día.
Pero hay una línea muy delgada entre disfrutar una etapa y demeritar los gustos de los demás por el simple hecho de no coincidir en gustos y edades
Nada es perfecto, y los videojuegos no son la excepción
Principalmente, ambos bandos siempre tratan de sacar a relucir los defectos y ventajas del medio para tratar de atacar su punto de vista sobre el mundo. Y es aquí donde el debate se convierte en una batalla para tratar de averiguar quién tiene razón sobre el tema, buscando desesperadamente que su opinión sea la superior ante todas las demás.
Es aquí que debemos recordar que, como oí en una de mis caricaturas favoritas de la infancia, que la perfección no existe. Los videojuegos siempre tendrán errores detrás suyo, algunos de ellos mínimos, otros bastante graves. Pero de ahí viene el aprendizaje, en la que la industria aprende para no caer en los mismos errores y mejorar cada día más.
Si bien es cierto que los juegos de ahora se centran bastante en contar una historia, no es motivo para demeritarlos con argumentos tan simples como el llamarlos películas interactivas. Es como todo en esta vida: es necesario evolucionar para que nada se sienta anticuado y así, hacer que las nuevas generaciones puedan disfrutarlos en el futuro.
Además de ello, el oír argumentos extremistas como el hecho de que el medio debió morir en el crash del ’84 abren una pregunta que me carcome en la actualidad: ¿Es realmente necesario saber que etapa del medio es mejor? ¿Qué se obtendría al tratar de encontrar esa respuesta? Y al menos yo tengo una respuesta para esa pregunta: No serviría de nada, y lo único que se obtendría sería caer en un círculo vicioso en el que todos se atacan y prevalece el enojo más que el debate y la comprensión.
Hay que dejar de lado esta pregunta
Con esto sobre la mesa, lo mejor para todos nosotros sería dejar de lado esta cuestión. Porque en la mayoría de las ocasiones lo único que se obtiene al tratar de responderla es generar peleas innecesarias, en donde al final quienes pierden son los videojugadores mismos.
Siempre lo he dicho y siempre lo diré: cada quién es libre de decidir que etapa del medio es la que les gusta más. ¿No te gustan los videojuegos modernos y prefieres algo más simple? Adelante. ¿Quieres disfrutar de experiencias más narrativas? Excelente, puedes hacerlo.
El chiste aquí es que dejemos de discutir por cosas banales; y hay que disfrutar el medio. Hay tantas experiencias para todo tipo de gustos y, contrario a lo que mucha gente cerrada podría pensar, el medio no está en decadencia ni sus años dorados han pasado.
Por último…
Quisiera cerrar esto diciendo que no importa en qué época hayas crecido o qué juegos has disfrutado: para los videojuegos, la brecha generacional no existe y todos pueden disfrutar por igual. Independientemente de que te sientas cómodo o no con ciertas etapas, la puerta para conocer al medio está abierta, y, por ende, te permitirá encontrar algo que seguramente se llevará tu corazón.
