Este año, Capcom tenía un gran reto: superar la grandeza del clásico instantáneo de 2005, y lo superó con un remake casi perfecto.
Tras la nominación de Resident Evil 4 (2023) en muchas categorías, entre ellas la de Juego del Año en la gala de The Game Awards 2023, muchas dudas surgen alrededor de esta nominación que resulta “controversial” para la audiencia: ¿Cómo es que siendo un remake, capturó la atención y el reconocimiento de la crítica de una manera tan especial en un año lleno de títulos importantes?
Tanto para veteranos de la saga como jugadores nuevos, Resident Evil 4 destaca en varios apartados que lo llevan a ser un juego difícil de olvidar. Es por eso que en el siguiente artículo repasaré y definiré aquellos elementos que hacen de él la aventura perfecta que respeta e incluso supera en algunos aspectos al clásico de 2005, sin perder el toque nostálgico y aquello que le daba tanta identidad hasta hoy.
Entre sombras y detalles: La magia visual de Resident Evil 4
Siguiendo la línea de las reediciones recientes de Capcom, Resident Evil 4 emplea todos los recursos, tecnologías y cambios para dar la forma más inmersiva y definitiva de aquel clásico de 2005, con la modernización del diseño para traer a la actualidad elementos clave con todo el poder del RE Engine.
Como resultado, tenemos personajes con expresiones faciales muy realistas, una iluminación espectacular y con toque cinematográfico, efectos visuales, explosiones que resultan muy llamativas y un acabado pulido hasta en la más mínima textura.
Escenarios como aquel decadente misterioso pueblo europeo han sabido modernizarse, manteniendo un orden y diseño muy apegado al original pero sin dejar de sorprender. Cada rincón y elemento juegan un papel fundamental en todo lo que puede descubrir el jugador en su paso, teniendo un mapa más interconectado y que va sufriendo cambios mientras pasan las horas de juego.
Eventos como la lluvia y luces encendidas conforme cae la noche en el pueblo son uno de los tantos elementos que se pueden notar. El RE Engine también permite que la recreación y puesta en escena de aquellos personajes importantes sea llamativa y fluida, animaciones que incluyen gestos corporales, heridas y estiramientos luego de un enfrentamiento prolongado, siendo más evidentes estos en el protagonista Leon S. Kennedy.
Un gameplay renacido
En cualquier juego, la jugabilidad es la parte más esencial y en el caso de Resident Evil 4 Remake, este apartado ha sido cuidadosamente revitalizado para adaptarse a los estándares actuales, sin perder la esencia que hizo del original un referente del género.
Desde el primer minuto en el que se controla a Leon es evidente que no se trata solamente de una repetición de una fórmula, sino que es una evolución y toma todo lo aprendido con anteriores juegos de la saga y lo emplea de formas muy ingeniosas.
El combate ya no se basa en solamente apuntar a la cabeza de un ganado o iluminado esperando que este se aturda para poder hacerle alguna maniobra, ahora los enemigos tienden a rodear, son más rápidos e inteligentes, agarrando, arrojando hachas o explosivos, disparando o directamente golpeando a Leon en mitad de un escape para poder retenerlo, por lo cual ahora dependeremos de la nueva mecánica que incluye esta re imaginación: que es el parry, acción que consiste en que Leon pueda bloquear en el momento justo un ataque para contraatacar a costa de desgastar el cuchillo.
Parte de la identidad de Resident Evil 4 es el poder ir mejorando y cambiando el equipamiento a lo largo de la aventura. Entre las sombras de la aldea, castillo y la isla surge una figura conocida para ayudar tanto a veteranos como nuevos jugadores de Resident Evil: el Mercader. Si bien es cierto que su rol es el mismo en esta nueva versión, ahora es algo más que un simple vendedor, su presencia se siente más integral.
Las mejoras no se limitan solo al armamento y equipamiento; los eventos secundarios que proporciona el buhonero que deja a lo largo de la aventura y las historias adicionales aportan nuevas dimensiones al mundo de Resident Evil 4: tesoros que se pueden vender a futuro, intercambiar espinelas ganadas con misiones secundarias por un listado de objetos que se pueden usar de forma exclusiva de ese apartado.
Una narrativa renovada
Cuando se trata de este aspecto, Resident Evil 4 se convierte en un maestro de lo que es una reinterpretación respetuosa, mientras que la trama fundamental sigue siendo la conocida misión de Leon S. Kennedy en busca de la hija del presidente en una zona rural de Europa, la narrativa ha sido afinada y expandida para cautivar tanto a los veteranos como a los recién llegados entregando algo más serio.
Uno de los cambios más notables es la profundización en la exploración de personajes secundarios. Figuras que antes podrían haber pasado desapercibidas ahora desempeñan papeles cruciales en el desarrollo de la historia, siendo ese el caso destacado del personaje Luis Sera, pasando de ser casi un alivio cómico en el original pero de relevancia en la trama por ser aquel que otorga a Leon herramientas para combatir con su infección con Las Plahas.
Ahora logra ser más que eso, tiene un propósito por el qué ayudar, sabe muchas cosas y directamente funge como compañero en momentos específicos de la historia, con ideales y charlas más personales con Leon, este apartado del personaje se profundiza y conoce más en el DLC de Separate Ways.
Las cinemáticas brindan momentos más humanos con una calidad cinematográfica impresionante.
La expresividad facial y las mejoras en la actuación de voz contribuyen a una inmersión más profunda en la trama, haciendo que los momentos clave de la historia resplandezcan con una nueva vitalidad. Incluyendo giros en la trama y adiciones que mantienen la atención de los jugadores, incluso aquellos que puedan pensar que conocen cada recoveco de la historia original se llevan una que otra sorpresa por nuevas formas de abordar elementos de la trama ahora, combates y mayor identidad de los variados antagonistas.
Resident Evil 4 logra ser un viaje conocido, pero no monótono.
Aplicando muchos elementos para entregar un juego sólido y que sobresale del camino usual de que un remake solo debe ser eso. Capcom se atreve a muchas cosas incluso sabiendo lo importante que es el original; llegando a la idea de que este remake no sólo satisface la nostalgia de los fanáticos más fieles, sino que también cautiva a una nueva generación de jugadores.
La alquimia entre lo conocido y lo nuevo crea una experiencia que, si bien respeta la base establecida en 2005, se siente fresca y emocionante en 2023 funcionando perfectamente como un juego que no depende de su versión original para brillar, contando con los elementos visuales y jugables de la calidad esperada de un título de nueva generación y que no tiene nada que envidiar a nuevas propuestas marcando un nuevo estándar y peso en la industria que se deja ver en su nominación a juego del año.
