Este año, el mítico juego de Playdead cumplió diez años desde la primera vez que nos envolvió en un misterio que sigue latente.
Limbo es uno de esos títulos que potenciaron el desarrollo y crecimiento de la escena independiente con una premisa simple pero llamativa que se complementaba de gráficos oscuros y un silencio frenético. Este título, obra del estudio danés Playdead, debutó inicialmente en Xbox Live Arcade el 21 de julio de 2010, trayendo consigo una historia de interpretación libre que hasta la fecha es el punto de debate de muchos jugadores.
Limbo nos pone en los zapatos de un niño que está enfrascado en un universo sombrío, en el cual deberemos resolver una serie de acertijos cuya dificultad progresa en ascenso en una perspectiva bidimensional repleta de mecanismos complejos, peligros y trampas. Con él deberemos averiguar cuál es el motivo por el que está explorando en un limbo y descubriremos eventualmente que está muerto y no sólo eso, que también deberá salir adelante en compañía de su hermana.
Durante sus primeros meses como exclusiva de Xbox, el título recogió resultados en ventas inesperados para la escena que representaba; alcanzó la cifra de un millón de copias vendidas en tan sólo un año. Ese fue el motivo por el que Playdead celebrara empaquetando el juego con otros títulos, que se pusiera a la venta una edición física especial y posteriormente que el juego fuera distribuido en otras plataformas como PlayStation 3 y PC, además de consolas de nueva generación en la actualidad.
La interpretación múltiple como el origen del debate
Pese a que Limbo no es precisamente un juego sencillo, es fácil de adiestrar y a su vez, su duración puede reducirse únicamente a una o dos sesiones de juego, constando en total de 24 capítulos –acertijos– para completarse. Sin embargo, hay algunos sutiles secretos ocultos que hasta la fecha inclusive hay usuarios que desconocen, pero de ahí versa un poco el misterio que envuelve a la interpretación definitiva de su historia.
A través de las zonas explorables de la aventura –desde recintos forestales, industriales, hasta urbanos– no solo encontramos diferente retos de plataformas en los que se debe interactuar con el ambiente y evitar a los enemigos, sino también encontrar pequeños huevos brillantes que fungen como coleccionables discretos que son, en realidad, la llave a un nivel secreto.
Hallarlos no es tarea sencilla ya que casi todo puede matar al niño en el limbo, desde trampas, el ambiente, insectos y arañas gigantes, una especie de larva que manipula al personaje y solo se acaba con ella al exponerla a la luz. Pero una vez que destruimos todos, tenemos acceso a un nivel secreto que en realidad funge como epílogo del juego.
A pesar de que, como he mencionado antes, la interpretación de este juego puede ser libre; hay muchas pistas alrededor de los escenarios que los más observadores han entendido y han dado a conocer a través de plataformas como Reddit. Las conclusiones más comunes es que, efectivamente, tanto el protagonista como su hermana están muertos, y la historia nos cuenta que al parecer fallecieron cayéndose de la casa del árbol ya que al principio del juego se puede ver la escalera rota y una vez que se concluye, la escalera vuelve a la normalidad como si ambos hermanos hubiesen hallado la paz.
Otra pista de ello, es que en algún punto del juego hay moscas rodeando lo que parecieran ser sus cadáveres, ya que se agrupan en dos conjuntos sobre el piso. Hay algunas cosas que ya se han confirmado, como que efectivamente la niña que aparece en el juego es la hermana del protagonista, pero sus destinos y sobre todo, el por qué están “en el limbo” siguen y –afirman– seguirán siendo un misterio.
Este fue uno de los objetivos de Arnt Jensen que fue la persona que concibió Limbo como una idea en 2004 mientras trabajaba para IO Entertainment. Posteriormente al haber publicado un tráiler se le unió Dino Christian Patti, y tenían algo en común: a ambos no les gustaba el ambiente en el que trabajaban ya que pertenecían a un estudio corporativo, por lo que fundaron el estudio de Playdead.
Y es así como a través de 6 años de desarrollo independiente el estudio logró mantener su autonomía tanto de diseño como de ideas, y les permitió lanzar Limbo y posteriormente Inside en el 2016, que al igual que su predecesor fue apreciado tanto por la crítica como por los jugadores.
Marcando una estética reconocible, una ambientación al estilo noir y un final ambiguo, Limbo fue uno de los juegos que marcó un antes y un después en la industria al ser el “pequeño indie que pudo”, un juego que nos enseñó que a veces menos es más.
