Tras ver este nuevo capítulo, sabrás que entre monstruos y humanos hay pocas diferencias.
Después de que sus primeros dos capítulos dejaran a propios y extraños boquiabiertos, Castlevania regresa con una tercera temporada para Netflix. La serie de streaming continúa las aventuras de Trevor Belmony, Sypha Belnades y Alucard Tepes mientras se enfrentan a nuevas amenazas que podrán a prueba su compromiso como guardianes de la humanidad.
Si bien es cierto que la derrota de Drácula haya significado un breve respiro para los mortales, eso no significa que estén completamente a salvo. De hecho el vacío de poder atraerá a enemigos con diversas motivaciones y poderes, quienes no se detendrán hasta completar sus retorcidos planes.
Así surge una nueva pregunta para los espectadores y/o fans de la franquicia ¿acaso la siguiente parte de la historia está a la altura de las anteriores? Bueno, tendrás que leer esta reseña para descubrirlo.
Una odisea de ingenuos, locos y perdedores
Cuando se habla de Castlevania, muchas personas se cierran a pensar únicamente en el Conde Drácula o en los Belmont. Y a pesar que ambos son elementos centrales para la franquicia y su cronología, también es cierto que existen muchos más personajes en ella que la enriquecen y expanden a nuevos horizontes.
Por fortuna para la serie y su audiencia, los creadores de ella entendieron lo anterior a la perfección al darnos una historia de qué es lo que pasa cuando el amo de los vampiros, no está en el mundo de los vivos: un maldito caos en varias partes del mundo. Ya sea para aprovechar la situación y tomar el control o venerar la imagen del señor de la noche cual figura divina, humanos y monstruos buscan obtener el poder a cualquier precio.
Ver dicha lucha entre diversas facciones es uno de los mejores aciertos de la tercera temporada de Castlevania, pues pone en evidencia cuán frágiles son los protagonistas o antagonistas ante la tentación de lograr de sus metas. Y aunque tales fines pudiesen ser tan nobles (como Trevor, Sypha y Alucard) o egoístas (Héctor, Isaac o los cultistas), al finalizar los diez capítulos todos caen en cuenta de que sus acciones tienen un alto precio a pagar, les guste o no.
Aunque usualmente como espectadores nos gusta ver a nuestros héroes triunfar, el fracaso y la incertidumbre es un buen motivador para mantenernos pegados a la pantalla. Si a lo anterior le sumamos que también los villanos tienen sus propios tropiezos (no por incompetencia si no por situaciones fuera de su control), este arco argumental del show es un adictivo espectáculo de principio a fin.
De forma paralela a su interesante propuesta narrativa, el apartado visual también es otro de los puntos fuertes del proyecto de Netflix.
La maldad nunca se había visto tan bien
Desde el primer capítulo hasta el último, el aumento de presupuesto para la tercera temporada de Castlevania es más que evidente. Los cambios se notan tanto en las intensas batallas como en los momentos de calma, en donde los colores y la iluminación comunican por sí mismos la naturaleza de las escenas en pantalla.
Aparte pude notar una mayor variedad en las ambientaciones, las cuales enriquecen la narrativa y las historias de todos su personajes. Como ejemplo puedo mencionar los puertos que conectan a Medio Oriente, los pueblos entre el límite de Europa y Asia, así como un breve vistazo al Japón Feudal.
Por su puesto no podrían faltar las referencias a distintos títulos de la serie, cuya existencia siempre será bienvenida por su comunidad. Éste último elemento está acompañado por otro más ambicioso: un posible adelanto de los proyectos en puerta del productor Adi Shankar. Y con la adición sutil de un arco argumental secundario que combina lo mejor de la animación CGI en Netflix, no cabe duda que lo que hemos visto tan sólo es la punta del iceberg en cuanto a adaptaciones de videojuegos se refiere.
Claro que las mejoras estéticas, no estarían completas sin la introducción de protagonistas y antagonistas nunca antes vistos. Gracias a ellos la historia de los cazadores de vampiros se complementa con diversas perspectivas, como lo analizaremos a continuación.
Balanceando la adición de nuevos personajes
De todos aquellos que se unen al reparto en este nuevo capítulo, me gustaría centrarme en tres de ellos pues considero que aportan bastante a la narrativa y la interacción con los roles principales: Saint Germain, el Capitán y Lenore. Ambos cuentan con un carisma y otras cuales que me hicieron conectar con ellos desde su aparición inicial, llegando incluso a robarse los reflectores en varios momentos.
Por un lado Saint Germain —interpretado por Bill Nighy en inglés y José Luís Orozco en español latino—, es mucho más que un charlatán con habilidades especiales ocultas. Su historia personal encaja perfectamente en el universo de la franquicia, en donde la desgracia es el origen tanto de nobles ideales como de los miedos humanos más profundos y peligrosas obsesiones.
Y dado que Alucard tiene su propio arco separado de Trevor y Sypha (como se estableció en la temporada pasada), el aristócrata logra complementar la nueva triada junto con el cazavampiros y la oradora.
Además de los protagonistas Isaac tiene importantes momentos reflexivos al lado de roles secundarios, siendo el Capitán uno de los más importantes. Aunque su aparición es breve, es bastante claro que su presencia tendrán un profundo impacto en cómo el forjador de demonios definirá su enemistad con la humanidad. Considero que lo anterior se debe a los acertados diálogos entre ambos, así como en la postura del marinero con respecto al mundo.
Una villana que amarás odiar y viceversa
Del lado de los antagonistas tenemos a Lenore , cuya voz en inglés corrió a cargo de Jessica Brown Findlay en su versión anglosajona. La miembro del consejo de Carmilla me sorprendió bastante, ya que a diferencia de su quejumbrosa líder sabe utilizar tres herramientas importantes para mantener el control: la persuasión, el humor y la intimidación.
En segundo plano están Striga y Morana, las otras dos “hermanas” de Carmilla y Lenore cuyan cualidades serán un reto para quienes se crucen en su camino. Desgraciadamente ellas quedan muy desaprovechadas en la historia; ojalá que un futuro podamos saber parte de su pasado individual y cómo formaron la alianza de vampiresas.
Por si no lo notaron en los párrafos anteriores, no ahondé en la actriz de voz de Lenore para su versión latinoamericana. Eso es porque quisiera darle un breve pero importante espacio aparte, cuando hable del doblaje en el show de Netflix.
Ahora que ya se profundizó bastante sobre los aciertos de esta producción, llegó el momento de hablar sobre sus errores.
Un ritmo que entorpece todo lo demás
Ahora bien si bien es cierto que la tercera temporada de Castlevania trajo muchas propuestas, siguió arrastrando con uno de los problemas más evidentes de su segunda parte: el ritmo.
Aunque se agradece la decisión de los guionistas y escritores para tomarse el tiempo y presentar los escenarios o la antesala de los conflictos, en ocasiones dichos preámbulos se sienten sobrados y hasta le quitan tiempo al desarrollo de la historia. Y aunque las batallas en los últimos capítulos siguen sorprendiendo a propios y extraños, debido a lo aletargado de cómo sucedieron las acciones en episodios anteriores tanto el clímax como el desenlace se sienten muy apresurados.
De igual manera la inclusión de más personajes a veces es un arma de doble filo, dado lo imposible que se vuelve darles a todos su justo tiempo en pantalla. Sumándole lo anterior a la manera en que se desarrolla la narrativa, tenemos casos en donde su participación se quedó lamentablemente corta.
Uno de los peores afectados por dicha situación (además de Stiga y Morana), son los hermanos Taka y Sumi quienes se integran a la odisea de Alucard por entender a la humanidad. En mi opinión su añadido parece más un indicio de eventos demasiado lejanos para siquiera mencionarse en el contexto actual del show, más que como una subtrama propiamente relatada.
Otro de los aspectos que me generó sentimientos encontrados fue la producción del doblaje, de la cual hablaré en el siguiente apartado.
Aciertos y errores en el doblaje
Por tercera ocasión consecutiva el estudio SDI Media de México fue el encargado de traducir, doblar y editar el proyecto de Netflix para Latinoamerica. Debo decir que la participación de actores veteranos y aquellos con menor experiencia en el medio, sigue siendo muy buena y no tiene nada que pedirle a la versión original.
Me gustaría centrarme en algunos profesionales que dieron vida a los nuevos personajes, pues su adición al reparto existente es más que bienvenida. Entre ellos destacan Jorge Badillo como el Juez, Humberto Vélez como el Capitán, Rebeca Patiño como Morana y el ya mencionado José Luís Orozco como Saint Germain.
Por desgracia en esta nueva etapa tuvimos una de los últimos trabajos de Andrea Arruti (Lenore), quien desgraciadamente falleció a principios de 2020 a los 21 años. Después del cuarto episodio la tarea recayó en María José Moreno, quien logró darle voz a la seductora vampiresa sin que se notara el cambio. Ojalá que el trabajo de ambas actrices sea apreciado por la comunidad.
Después de mencionar los rasgos positivos y los lamentables acontecimientos que definieron al siguiente capítulo de Castlevania, quisiera mencionar un elemento que no me agradó de su tercera temporada: la mezcla de audio. En varios episodios la manera en cómo se empalmó el audio está mal hecha, haciendo que determinadas voces suenen con un volumen desigual con respecto a otros intérpretes, ciertos sonidos sean demasiado fuertes o hagan que los diálogos parezcan susurros telepáticos cual video ASMR.
Aunque lo anterior no resta mérito a los actores de doblaje sí llega a ser molesta en ocasiones, quitándole puntos al disfrute de una experiencia que pudo haber sido excelente escucharla en nuestro idioma.
