El Nintendo Switch cumple su primer aniversario, y no es casualidad que esté marcando una época; Rescatando todo lo bueno y mejoras de lo malo de sus dos antecesoras.
El pasado 3 de marzo se cumplió un año desde el lanzamiento de Switch, la actual consola de Nintendo, la compañía que a lo largo de esta última década ha visto picos de éxito y pérdida de una manera bastante peculiar. Y no podemos abordar de lleno las razones por las que la consola híbrida está triunfando a nivel mundial si no nos remontamos a sus dos antecesoras.
Retomando lo bueno y aprendiendo de lo malo
El éxito abrumador que el Wii obtuvo hace ya más de diez años, fue señal de que la gran N tenía mucho por ofrecer aún, despejando las dudas que el GameCube había dejado en sus finanzas, el Wii fue un fenómeno; una revolución en la industria abriendo un nuevo mercado que hasta esas fechas no había sido considerado.
Prácticamente Nintendo había abierto un “océano azul” en la industria y lo había perdido en una sola generación, con la llegada de los teléfonos móviles y el gran auge que los desarrolladores indie comenzaron a tener, cada quien se comenzó a abrir paso en ese basto mercado que acababa de descubrirse.
En el año 2012, se nos mostraría la siguiente jugada con la que la compañía de Mario pretendía recuperar protagonismo en las salas de todo el mundo. Manteniendo el nombre de la marca que había logrado vender más de 100 millones de consolas a nivel mundial, Satoru Iwata –el entonces presidente de la compañía– anunciaba el Wii U como una apuesta segura.
Cual fue la sorpresa de varios, que la consola nunca alcanzó a despegar en ventas, aún cuando contó con grandes juegos desarrollados de manera exclusiva. Pero las compañías desarrolladoras nunca vieron un mercado potencial para crear sus proyectos en la consola de Nintendo.
¿Qué hizo fracasar al Wii U? ¿Fue una consola poco innovadora? ¿Mantener el nombre del Wii le afectó?
Conforme el tiempo pasó, y a pesar de los esfuerzos que realizó Nintendo por ofrecer más en su consola de sobremesa, ésta no logro cautivar al público, pero aún con las alarmas encendidas, los de Kyoto no perdieron la cabeza. Nunca se ofreció una disminución de precio, ni una revisión, ni ninguna medida abrupta que alentara a los consumidores a adquirir la llamada “consola fracaso”.
En todo lo negativo que había significado, existieron varias señales de éxito que lograron capitalizar para un nuevo producto. Lanzamientos de nuevas IP como Splatoon lograron superar las expectativas de ventas demostrando que era tiempo de darle la oportunidad a mentes creativas jovenes, el juego asíncrono que ofrecía la consola no fue bien recibido, pero su modo de juego “off TV” fue alabado por varios de sus compradores señalando una mejora clave: poder separar el gamepad de la consola.
Rápidamente fue normal ver en lugares públicos como escuelas, salas de espera, restaurantes, gente que cargaba con su consola Wii U para jugar únicamente en el gamepad, algo que te brindaba cierta libertad, al no depender de una televisión para poder disfrutar de tus juegos pero con la molestia de cargar con todo el hardware para poder hacerlo.
Esto fue algo que llamó la atención de Nintendo y que me atrevo a decir, fue punto de partida para el desarrollo de su nueva consola casera. Por muy simple o lógica que fuera la observación, el Wii U necesitaba no solo independizarse de la televisión, sino de si misma, lo cual significo una transición entre lo que eran sus propias limitantes y lo que podía ofrecer a futuro convirtiéndolas en oportunidades.
Consolidando lo mejor de dos generaciones
Si observamos con detenimiento, el Nintendo Switch es una combinación de elementos que habían sido llamativos en sus dos antecesoras. La innovación con hardware no tan avanzado, los controles con sensores de movimiento, la independencia de la consola hacia el televisor y brindar una experiencia que no podrías encontrar en los productos de la competencia.
Acompañado de una interfaz sencilla, rápida, y hasta cierto punto simple, el Switch te invitaba a jugar, ya sea solo o acompañado en una sola consola, en tu casa o en tu camino al trabajo, juegos independientes o de grandes producciones, de tu región o de cualquier parte del mundo. El enfoque había cambiado, se nos daba por primera vez tanta libertad para elegir según nuestras necesidades o aficiones.
También en el apartado de software habían aprendido, hoy por hoy la nueva consola supera incluso en propuestas de entretenimiento, a lo que su antecesora llegó a obtener en su catálogo. Junto con esta variedad de títulos hemos sido testigos del cambio de paradigma tanto de desarrollo como de opciones siendo consumidor al tener una consola híbrida que nos brinda la experiencia de una consola portátil y casera a la vez.
Tener experiencias como The Legend of Zelda, Doom, Skyrim, Wolfenstein II, L.A. Noire, Splatoon 2, Xenoblade Chronicles 2, y demás títulos que ahora se pueden disfrutar on-the-go han sido clave en este primer año del Nintendo Switch. Como si no fuera suficiente, la compañía dirigida por Tatsumi Kimishima pretende seguir marcando su propio camino con propuestas como Nintendo Labo, que llegará en abril y que ha causado revuelo a causa de su peculiar primicia; explotar el potencial de sus controles con software y material didáctico.
Con más de 14 millones de unidades vendidas hasta este momento, una propuesta única en el mercado actual y un potencial tan versátil, el Switch promete ser una consola que marcará a toda una generación, y esta semana celebramos su primer aniversario, siendo el último vistazo de lo que el ingenio de Satoru Iwata nos pudo ofrecer, tomando lo mejor de dos productos anteriores, convirtiéndose en el éxito como sucesor espiritual del fracaso mismo.
