Si alguien me lo pregunta, la dificultad en un videojuego es como la salsa picante: hay gente que no la tolera y hay gente que no puede vivir sin ella. Pero, ¿por qué lo disfrutamos tanto?
¿Por qué a algunos jugadores les atraen los videojuegos difíciles? A primera vista podría ser por la satisfacción que nos causa superar un gran reto o porque podemos presumir nuestro nivel de habilidad; aunque hay algo de cierto en esas afirmaciones, en realidad existe una razón más poderosa de acuerdo con el profesor Mihály Csíkszentmihályi, un reconocido psicólogo estadounidense que después de dedicar gran parte de su vida a investigar la psicología detrás de las actividades que nos causan felicidad, postuló la llamada Teoría de Flujo, que nos explica el porqué.
En dicha teoría nos dice que existen actividades que demandan el uso de toda nuestra habilidad y requieren de tanta atención que nos hacen entrar en un estado mental ideal –que Mihály llama estado de flujo–, dichas actividades nos absorben al punto que incluso perdemos la noción del tiempo, dejamos de pensar en otras cosas e ignoramos sensaciones como el hambre y el cansancio, nos obligan a vivir el momento presente y por tanto se vuelven muy placenteras. Los deportistas lo llaman “entrar en la zona”, en el budismo Zen lo conocen como “Mushin no Shin” o “Mente sin mente” e incluso tu lo pudiste haber experimentado en alguna ocasión mientras realizabas alguna actividad y sentías que tus habilidades estaban al máximo.
Muchas actividades nos pueden llevar a un estado de flujo como cocinar, practicar algún deporte, escribir, dibujar y por supuesto jugar videojuegos, de hecho Mihály encontró que para que una actividad nos lleve a fluir, deben cumplirse ciertas condiciones, entre ellas:
- La actividad debe contar con un conjunto de reglas y metas claras
- Debe existir una clara retroalimentación que nos indique si nuestras acciones están funcionando o no (cuando peleas con un jefe y golpeas su punto débil generalmente va a reaccionar para darte una pista de que vas por buen camino, por ejemplo)
- El reto tiene que estar a la altura de nuestra capacidad, ya que si es demasiado fácil nos aburre y si es demasiado difícil nos frustra, cualquiera de esos casos hace que abandonemos la actividad
Este último punto es el más importante, ya que hace énfasis en que en realidad la gran mayoría de personas NO disfrutan los videojuegos con un elevado nivel de dificultad aunque creen que lo hacen (claro, siempre van a existir excepciones). Recordemos el caso de Fire Emblem: Radiant Dawn para el Nintendo Wii, un excelente título que seguro se volvió el favorito de muchos fans de la saga pero en su momento no tuvo un buen recibimiento por parte de la crítica y alcanzó cifras bastante bajas de venta, siendo una de las causas su nivel de dificultad tan alto que incluso veteranos de la saga tenían problemas para terminarlo y es que a la hora de traducir el título para América se cometió un error y las dificultades que originalmente eran Normal, Difícil y Lunático, aquí llegaron como Fácil, Normal y Difícil por lo que si tu jugabas en Normal, en realidad estabas jugando en Difícil. Devil May Cry 3 también tuvo un problema similar, aunque no sufrió tanto en cuanto a críticas o ventas, la mayoría de las reseñas criticaban su alto nivel de dificultad lo que llevo a que Capcom reajustara su curva de dificultad en la edición especial que saldría más adelante.
Pensemos también en la típica frase del old school gamer de “los juegos de antes eran más difíciles”, parece que ese dicho viene desde la nostalgia o desde el hecho que muchos de nosotros jugamos estos juegos siendo niños y como no teníamos tanta habilidad nos podrían parecer más difíciles de lo que son, pero es una realidad que los juegos antiguos eran desarrollados para ser difíciles por que eso extiende la vida del juego, un juego corto pero con mucho reto te tomará más tiempo para terminar, además era la forma perfecta de quitarte el dinero cuando ibas a las maquinitas.
A pesar de que estos juego viejos tienen un reto considerable, muchos nunca alcanzaron la popularidad de la que gozan hoy en día juegos como Dark Souls o Cuphead y esos títulos clásicos se quedaron acumulando polvo en los estantes precisamente por su elevada dificultad, aunque es cierto que las condiciones de la industria hoy en día son otras y que también jugar ciertos juegos difíciles nos da status dentro de la comunidad gamer, la verdad es que el logro de juegos como Dark Souls es que tienen un buen balance de reto-habilidad.
Esto es una cualidad muy importante, sobre todo si tú estás interesado en el desarrollo de un videojuego, ya que volviendo a la Teoría de Flujo, un videojuego ideal debe tener una dificultad que vaya escalando con el nivel del jugador, este es un reto en sí, porque no todos los jugadores tienen el mismo nivel de habilidad para empezar. Alguien novato va a necesitar una dificultad menor que un veterano en la serie o que un jugador que ya tenga experiencia en juegos similares y, aunque los programadores muchas veces nos dan la opción de elegir la dificultad, existen soluciones más elegantes como en el caso de Resident Evil 4 que va ajustando su dificultad dependiendo de que tan bien estás jugando.
Si tienes buena puntería y avanzas sin perder una sola vida, los enemigos comienzan a volverse más agresivos y sus ataques causan mayor daño pero si mueres muchas veces, los oponentes caen mucho más rápido, demoran más en atacarte y aparecen menos enemigos, de hecho este sistema puede ser explotado e incluso muchos speedrunners hieren o matan a su personaje a propósito para que el juego reduzca su dificultad y ciertas partes del juego sean más sencillas de pasar.
La Teoría de Flujo también explica por qué determinados juegos multiplayer tienen tanto éxito, ya que un oponente humano siempre está cambiando su nivel y puede convertirse en un verdadero reto, claro que para que las condiciones de flujo se cumplan, nuestro rival tendría que tener un nivel similar al nuestro por lo que es muy importante que el juego cuente con un buen sistema de emparejamiento de jugadores.
En conclusión, no es que a la gente le gusten los juegos que rayen en lo imposible sino que debe existir un balance entre la capacidad del jugador y la dificultad del juego, y esto es bastante subjetivo, por eso existe tanta discrepancia entre la comunidad respecto a si determinado juego es difícil o no. Hay que mencionar también que un juego no necesariamente está pensado para llevarte a un estado de flujo y no por eso es malo, el que un juego te lleve a fluir es un enorme plus pero muchos títulos se enfocan en mostrarte otras experiencias como presentarte una buena historia, hacerte reír o reflexionar en determinados temas, piensa por ejemplo que existen actividades como ver una película que no cumplen con las condiciones para un estado de flujo pero no por eso dejan de ser una buena fuente de entretenimiento, al final del día cada quien decide que es lo que busca y hay que respetar los gustos ajenos.
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Después de conocer todo esto ¿tú qué opinas? ¿Crees qué es indispensable que los juegos sean difíciles para ser buenos?