La Organización Mundial de la Salud reconocerá oficialmente la adicción a los videojuegos como un trastorno mental para el 2018.
Si eres de los que pasa más de unas ocho horas jugando su título favorito y te olvidas de comer, beber un poco de agua e incluso de salir a dar un paseo vespertino, entonces pronto serás catalogado como un adicto a los videojuegos. Así es, la OMS ha considerado introducir este trastorno en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades que será editado, de nuevo, para el año entrante y que no había sido modificado desde 1998.
Esta organización ha discutido las posibilidades de que los juegos sean generadores de trastornos patológicos y una posible adicción. Pero, ¿cuáles son los indicadores de que algún sujeto esté manifestando algún trastorno por el uso de videojuegos? Hay tres respuestas para dicha pregunta:
- Que el jugador no controle la conducta de juego con relación al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en el que el sujeto está jugando.
- La prioridad que se le da a los videojuegos por encima de actividades diarias que son vitales para el ser humano.
- Mantener dicha conducta a pesar de las consecuencias negativas que se presenten por dicha práctica.
Esto no quiere decir que cualquier persona que tenga la afición a jugar presente algún trastorno mental, sino que el organismo cree necesario considerarlo como tal ya que existen circunstancias que el uso excesivo de estos puede generar efectos irreversibles. Por lo que se considera que se tiene un problema cuando afecta en áreas tanto personal, familiar, social, educativo y/o laboral.
Fuente: New Scientist | Vía: Hipertextual y El País