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Reseña | I am Setsuna

Esta melancólica aventura busca llevarnos de regreso a los años dorados de los JRPG, en una aventura que los fans del género seguro disfrutarán.

En los años noventa, los videojuegos ya eran una forma de expresión y entretenimiento completamente consolidada. Crecimos rodeados de grandes títulos que inauguraron nuevos géneros o inspiraron a las grandes franquicias de la actualidad. La innovación era el pan de cada día, las mecánicas crecieron a pasos agigantados de la mano de la tecnología, que cada vez es más poderosa, mientras que recibíamos historias más complejas y profundas que no tenían nada que envidiarle al cine o la literatura.

Dentro de esa década podemos ubicar a los años dorados de los Japanese Role Playing Game (JRPG), que cautivaron a miles de jugadores alrededor del mundo gracias a la cosmovisión de la cultura japonesa y su particular manera de contar historias. Títulos como EarthBound, Xenogears, Final Fantasy VII o Chrono Trigger marcaron la vida de muchos gamers que a partir de jugar estas experiencias se enamoraron del género.

Con la misión de revivir el tipo de experiencias que el género nos regaló un par de décadas atrás, se comenzó un nuevo proyecto en Square Enix. El objetivo era tan serio que Yosuke Matsuda, director ejecutivo de la compañía, creó un nuevo estudio llamado Tokyo RPG Factory, pero nunca reveló a los aspirantes que se trataba de un estudio propiedad de la compañía nipona, pues quería formar un equipo compuesto por verdaderos fans del género y no solamente personas buscando entrar en ella por su renombre.

I am Setsuna es el primer juego desarrollado por Tokyo RPG Factory bajo la premisa de rescatar los elementos más característicos de los JRPG clásicos y mezclarlos con la tecnología actual. El juego fue lanzado en Japón hace unos meses pero finalmente está disponible en occidente.

El reto principal que enfrenta el título es mantener su propia identidad mientras rinde homenaje a los clásicos y entregar un juego disfrutable dentro de los estándares actuales. A continuación les comparto mi experiencia con I am Setsuna.

El viaje del deber

La aventura comienza con Endir, un habilidoso mercenario de la tribu enmascarada a quien un misterioso hombre contrata para cumplir una misión en la villa Nive, ubicada en una pequeña isla. En este pequeño poblado conoce a Setsuna, una joven a punto cumplir 18 años y quien es la elegida para ser “El sacrificio”.

El mundo del juego está repleto de monstruos que conforme pasan los años se van volviendo más fuertes e inteligentes, invadiendo villas y ciudades, poniendo la vida de las personas en peligro y destruyendo todo a su paso. Para evitar esto, se ofrece un sacrificio humano cada diez años, y en esta ocasión la elegida es Setsuna.

Endir decide aplazar su misión y se une a la guardia del sacrificio, prometiendo llevar a salvo a Setsuna hasta Last Lands para poder cumplir con su deber. La otra integrante de la guardia es una hechicera llamada Aeterna, de personalidad fuerte y decidida, dispuesta a dar su vida por Setsuna y su misión.

En el camino se van sumando personajes como Nidr, un experimentado espadachín atormentado por su pasado; Kir, un niño perteneciente a un pueblo con habilidades mágicas y una especie de maldición; o Julienne, una bella princesa, líder de los caballeros de Royburg, cuya meta en la vida es restaurar el antiguo reino del que es descendiente.

Me gustaría contarles más sobre la historia, pero preferiría que la vivieran ustedes mismos. A pesar de que puede llegar a ser algo predecible, su gran acierto es la manera en que se cuenta. En ningún momento resulta aburrida, pues hay varios giros que, aunque puedes llegar a intuir, te mantienen interesado. Al resolver una incógnita, la historia te presenta nuevas interrogantes que te hacen querer llegar al fondo del asunto.

Me parece que los personajes ayudaron muchísimo a que me interesara todo el viaje del sacrificio, pues todos tienen sus personalidades bien definidas, pero no resultan estereotipos del héroe, del guerrero, del honorable, etc. Cada uno tiene conflictos internos, secretos que luchan todo el tiempo por mantener ocultos, que los hacen vulnerables.

Tal vez la excepción podría ser Setsuna, quien es una chica bondadosa, siempre preocupada por los demás y que nunca guarda rencor contra sus enemigos, constantemente buscando la manera de ayudar, dándole paz a quienes han tratado de lastimarla, bondad pura, pues. Pero a mí no me pareció estereotípica, pues al hablar con ellos los pobladores de su villa remarcan lo madura que es, madurez consistente con las acciones e ideas que expresa el personaje a lo largo del relato.

Todos los personajes que forman su guardia tienen sus propios motivos y beneficios al ayudarla a cumplir su misión, Last Lands no sólo es el lugar en el que el viaje terminará, cada uno puede obtener respuestas en ese sitio y por eso deciden ayudar a Setsuna, además de que admiran el valor de su decisión, así como el sentido de deber que la joven muestra en todo momento. No es un convencimiento instantáneo y poco creíble el motivo de que estos guerreros se unan a la causa.

Cada aldea presenta a un pequeño reparto de habitantes, con los que puedes hablar para obtener información o simplemente conocerlos. En otros títulos esto puede resultar tedioso o aburrido, pero yo me encontré disfrutando las pequeñas conversaciones y creo que no hubo un aldeano con el que no hablara, me interesó mucho por alguna razón.

En ocasiones el juego te permitirá elegir entre dos opciones lo que Endir dirá en una conversación o el plan que decidirá ejecutar a continuación. Normalmente una es la correcta y la otra es bastante apática, no sé si el juego lo implementa para que no te canses de presionar equis sistemáticamente para avanzar en el diálogo o si intenta asegurarte de que pones atención, pero me pareció un buen detalle aunque sea cual sea tu elección el resultado es el mismo.

Un camino repleto de monstruos

En tu viaje, enfrentarás a todo tipo de monstruos, afortunadamente el combate es bastante sencillo y con un poco de práctica estarás acabando con hasta seis enemigos diferentes al mismo tiempo.

Hay dos tipos de ataques: físicos y mágicos. Para los físicos cada personaje cuenta con un arma: Endir y Nidr con espadas, Aeterna una daga, Kir una varita y Julienne una lanza. Puedes adquirir nuevas armas en cofres a lo largo del juego, o comprarlas con el dinero obtenido de vender los materiales que ganas al superar una batalla.

Las armas pueden otorgar daño extra dependiendo del elemento principal al que pertenezcan, como fuego, luz o tiempo. Es bastante fácil comparar el poder y características del arma que tienes equipada con una que deseas comprar, pues la información de la descripción es muy clara.

Los ataques mágicos se obtienen con piedras especiales llamadas Spritnite y hay una amplia variedad que puedes obtener, aunque sólo algunas las pueden usar todos los personajes y la mayoría están limitadas a uno en particular. Puedes asignarle hasta siete Spritnite a cada personaje y utilizarlos estratégicamente en la batalla.

Adicionalmente puedes asignarle un talismán a cada personaje, pero sólo uno por cabeza. Los talismanes tendrán efectos diferentes en la batalla, como aumentar tu defensa, ataque o el poder de los ataques mágicos.

A pesar de que la guardia del sacrificio se compone de seis personajes, sólo puedes utilizar tres en batalla, así que debes identificar bien las características de cada uno y elegir a los que mejor se adapten a tu estilo de juego.

Las batallas son por turnos, cuando el medidor de cada personaje se llene podrás ejecutar un ataque físico, una técnica especial vinculada al Spritnite que tengas designado, o podrás utilizar un objeto para recuperar salud, magia o revivir a un compañero caído. Si tienes tiempo, puedes dejar que el medidor se llene más y obtendrás puntos SP—o Setsuna Points— que te permitirán amplificar la efectividad de tu ataque o magia.

En tu camino será raro el momento en el que explores un lugar y des más de veinte pasos sin encontrar a un monstruo, lo cual está bien porque con cada victoria puedes subir de nivel a tus personajes y obtener muchos materiales para vender o ingredientes preparar comida. La comida tiene un efecto inmediato en el siguiente combate y los pobladores te comparten sus recetas, que posteriormente podrás cocinar tú mismo o comprar el platillo de los chefs de cada pueblo.

Las batallas con los monstruos comunes pueden llegar a ser muy fáciles, acabando con grupos de seis o siete enemigos en un turno de tu trío de guerreros, pero los jefes suelen ser demandantes, lo que te obliga a pensar bastante bien tu estrategia. Yo morí muchas veces enfrentando jefes, necesitando hasta tres oportunidades para derrotarlos, pero normalmente los vencía a la primera.

Un punto negativo de la batalla es que de entrada no se te muestra la vida que le queda a tu enemigo, necesitando un talismán para poder verlo, pues a veces no sabes cuánto falta para derrotarlo y poder administrar mejor tus recursos.

Hubo un jefe que se me dificultó demasiado y pasé un día entero peleando con él. La batalla no era particularmente difícil, pero este enemigo tiene un poder especial que le permite regenerar la totalidad de su salud cuando ya estás a punto de derrotarlo. Lo peor de todo es que no tiene restricción para hacerlo y puede recurrir a este poder las veces que quiera. Para vencerlo necesitas un ataque específico y el juego no te da pista alguna sobre ello.

Me hubiera gustado llegar a utilizar a los seis personajes principales y sus diferentes características al mismo tiempo en batalla, no me importaría que el nivel de dificultad o la cantidad de enemigos aumentara. Es una lástima que sólo puedas elegir a tres.

El juego no cuenta con autoguardado o checkpoints, así que si no guardaste tu progreso y mueres debes volver a recorrer todo desde el último punto de guardado. Al principio se te avisa que podrás guardar al estar en el mapa, que es una función que se desbloqueará posteriormente, pero en ningún momento recibes una notificación de que tan vital función ya está disponible.

El título también te permite cierto nivel de personalización, por ejemplo, al conocer a cada uno de los personajes principales tienes la opción de cambiarles el nombre por el que gustes. De igual manera puedes renombrar los diferentes Spritnites, los minerales mágicos.

El hermoso mundo invernal de la melancolía

Si hay una palabra perfecta para definir I am Setsuna, sin duda es melancolía. Desde su misión de revivir las viejas glorias de los JRPG, la melancolía es un concepto que define cada aspecto del juego.

El mundo de I am Setsuna está bellamente creado, el arte de todo el juego remite a las ilustraciones de libros de cuentos infantiles, que parecieran trazadas por un maestro de la acuarela. Mientras que los pintorescos pueblos parecen sacados de maquetas navideñas, o esas bolas de cristal navideñas que al sacudirlas parece nevar.

Todos los lugares que visitas están cubiertos por nieve, todo el tiempo está nevando, por eso los colores que ves en la pantalla son de tonalidades frías y los personajes resaltan fácilmente. Hay veces en las que debes atravesar un bosque en el atardecer y el contraste con los colores cálidos del sol a punto de ocultarse realmente son muy bellos.

Cuando sales de una región y debes llegar a otra apareces en una especie de mapa, que literal es una maqueta del lugar en el que te encuentras y que te permite viajar un poco más rápido a tu destino. Este mapa también es muy bonito y cada detalle está muy cuidado.

Los personajes fueron creador por toi8, el misterioso ilustrador reconocido por su trabajo en populares anime como Attack on Titan o Fullmetal Alchemist: Brotherhood. Las ilustraciones de cada uno son bellísimas también, pero ya en el juego tienen una interpretación caricaturesca muy adorable, reforzando mi impresión de seguir el relato a través de un cuento infantil o una maqueta, que definitivamente me contagió ese sentimiento de melancolía.

Un detalle que me gustó mucho es que al caminar por los terrenos nevados los personajes dejan un rastro, que después de unos momentos desaparece porque nunca deja de nevar.

Sin duda el aspecto visual del juego es uno de los puntos fuertes de I am Setsuna, pero el sonido no se queda para nada atrás. En todo momento se crea una atmósfera melancólica, y hasta cierto punto de desolación, que ayuda a que la experiencia sea más inmersiva.

El score musical es simplemente espectacular. Cada pieza musical fue compuesta por Tomoki Miyoshi, quien con tan sólo 16 años participó como compositor y arreglista del soundtrack de Soulcalibur V.

Cada pieza es interpretada únicamente por un piano, siguiendo la misma línea melancólica del juego, aunque hay melodías más alegres y rápidas en los momentos de menos tensión, mientras que en el combate todo se vuelve más dinámico. Rara vez te encuentras en un momento sin la compañía del piano, pero las canciones nunca se vuelven aburridas o molestas a pesar de que ya conoces cada melodía de memoria.

Hay muy pocos diálogos hablados en el juego, toda la información la recibes en forma de texto. Puedes escuchar las voces de los personajes principales en el combate mientras exclaman el nombre de su ataque o al celebrar una victoria, pero más no hay.

No sé si esta ausencia de diálogos en texto puro sea parte del homenaje a los JRPG clásicos, pero personalmente me hubiera gustado escuchar más a los personajes hablando. Al hablar con los habitantes de las diferentes aldeas probablemente no hubiera sido necesario darles voz, pero al menos los personajes principales debieron tener más protagonismo.

La eterna batalla entre el bien y el mal

En todo momento traté de tener en cuenta que I am Setsuna es un homenaje a los juegos clásicos JRPG, en un intento de fusionar los elementos que aquellos títulos con todos los recursos tecnológicos actuales, y aunque en lo general me parece una meta plausible, sí creo que pudieron dejar de lado ciertas mecánicas que ya no parecen encajar con lo que estamos acostumbrados últimamente.

Por ejemplo, creó que el juego debería contar con checkpoints, autoguardado o al menos una opción “volver a intentarlo” cuando pierdes una batalla, pues puede llegar a castigarte mucho al ser derrotado por un jefe y tener que volver a recorrer todo lo que ya hiciste.

En este mismo sentido, me parece que una función necesaria es la de poder saltarte diálogos. Si perdiste una batalla y debes retomar tu camino desde tu último guardado tendrás que volver a sufrir los diálogos que ya conociste. Espero que esto último no se malinterprete; yo disfruté muchísimo la historia, quería descubrir cada detalle y resolver todos los misterios, pero si pasé media hora dialogando con aldeanos y personajes clave ya no quiero volver a hacerlo, porque lo que dicen ya lo sé.

Actualmente estamos acostumbrados a que la mayoría de los juegos son de mundo abierto, con una historia principal y muchas misiones secundarias que completar, es por eso que resulta algo extraña la historia tan lineal de I am Setsuna. Me parece que hicieron falta algunas actividades opcionales que complementaran al relato central.

A mí me gusta explorar cada rincón de un juego para ver qué objetos escondidos descubro, pero en este título hay muy poco que ver. Puedes entrar a las casitas, castillos y cabañas para conocer su encantador interior y a un nuevo aldeano, pero más no hay. No puedes dormir para recuperar la salud y magia de tus personajes en una posada, o buscar ítems en las casas. Esporádicamente aparecerán cofres con objetos o armas, pero normalmente tu búsqueda es en vano.

También hay poca variedad en los escenarios, normalmente irás de una aldea a otra, pasando por una cueva, un bosque o montaña, y de regreso. La repetición no es tanto el problema, sino que el mundo presentado es tan bonito que resulta una lástima no poder llegar a ver más de él.

Conclusión

Me parece que I am Setsuna cumple con su objetivo de rendir homenaje a los JRPG clásicos. Se nota claramente la influencia y la importancia que el género tiene en el pequeño equipo desarrollador. El primer juego de Tokyo RPG Factory es una buena carta de presentación que sin duda ilusionará a los fans del género y los perfila como un estudio prometedor y talentoso.

Aún hay muchos detalles que pulir, deben refinar la fórmula para extraer la esencia de los títulos del género de hace dos décadas, identificando qué mecánicas y funciones encajan con lo que los estándares actuales de la industria dictan, pues deben atraer a una nueva generación de jugadores a este tipo de experiencias.

Me quedo con una historia que me atrapó desde un inicio, que disfruté mucho la manera en la que fue contada, con un grupo de personajes tan vulnerables y llenos de defectos como yo y cualquier persona. El juego me hizo reflexionar mucho sobre la muerte, el valor de la vida, me enfrentó a ciertos problemas morales, me dejó una lección sobre el deber y el sentido que éste le puede dar a la vida de una persona. Esto no es algo que suceda regularmente en la industria, no sólo de los videojuegos, sino del entretenimiento en general.

Yo, personalmente, no me considero un fan de este tipo de juegos, pero sin duda me alegro de haber podido disfrutar de esta experiencia. I am Setsuna es un juego que recomendaría a mis amigos fácilmente, y que me hace ubicar a Tokyo RPG Factory en mi radar para estar pendiente del siguiente título que desarrollen.

Veredicto

I am Setsuna
85 100 0 1
85/100
Total Score

+

  • Hermoso arte
  • Buen diseño de personajes
  • Historia bien contada e interesante
  • Música memorable
  • Buen sistema de combate

-

  • Puntos de guardado ineficientes
  • Poca variedad de escenarios
  • Nulo contenido secundario
  • Disparidad entre los enemigos regulares y los jefes
Total
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