El creador de BioShock, comenta sobre la evolución de la franquicia y los aciertos de su entrega más reciente.
Desde el año pasado The Legend of Zelda: Breath of the Wild, ha sorprendido a propios y extraños con el increíble diseño de su mundo abierto. Tanto así, que la mente creativa detrás de BioShock, Ken Levine, ha descrito sus experiencias con este título ganador a Mejor Juego del Año, en The Game Awards 2017.
Dentro del artículo publicado en Polygon y escrito por él mismo, Levine comenta que su aventura en Hyrule ha combinado las mecánicas de los títulos de antaño, con la física, las gráficas y un sistema de simulación de última generación. Todo lo anterior ha creado un mundo orgánico, mismo que se revela ante los jugadores de manera generosa y con muchas sorpresas en su haber.
El ritmo [de la exploración] es serpenteante, el siguiente paso puede no ser lo suficientemente claro. Empiezas a comprender que el objetivo principal de la travesía, no es completar algo. Es perderte. Olvidarte de lo que debes hacer y por algunos minutos, empezar a realizar lo que tú deseas.
Crear una nueva cabaña del árbol de antaño
Aunque nunca ha conocido personalmente a los desarrolladores originales de The Legend of Zelda, el director norteamericano cree que haberle entregado las herramientas clave a una nueva generación de diseñadores, ha de haber significado una odisea llena de retos.
Lo anterior quiere decir que en el diseño de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, varios de éstos no sólo pudieron implicar dificultades tecnológicas, también posiblemente significó saber desprenderse de las creaciones propias.
“Nadie está totalmente cómodo con ver a sus hijos ser tomados por nuevas manos, moldeados y transformados en maneras inimaginables […] El peor de los temores, es imaginar: ‘¿Qué tal si los nuevos individuos lo hacen mejor? Ese es el miedo a la obsolescencia. Ese pavor nos vuelve rígidos. Y la rigidez, es el enemigo de la invención.”
Finalmente Ken Levine agradeció a los todos los involucrados en la franquicia de Nintendo, por haber construido un videojuego que respeta sus bases más fundamentales sin quedarse en el pasado y, en cambio, atreverse a enfrentar el futuro con innovación.
Fuente: Ken Levine @ Polygon